Si estás leyendo este artículo es porque, o bien tu actividad está disminuyendo considerablemente en los últimos meses y no estás cerrando las operaciones que necesitas, o bien tienes el temor de que esto pueda suceder y no quieres que, ante el mínimo indicio de un mal resultado, no seas capaz de reaccionar a tiempo.
Para empezar, quiero tranquilizarte, debes saber que en cualquiera de los casos en los que te encuentres, aún no está todo perdido y no tienes porque tirar la toalla, sino que, más bien, puede que estés en un momento clave para que tu negocio avance por un nuevo camino que te lleve al éxito y a los buenos resultados. Empresas de reconocido prestigio y profesionales consolidados y con gran reputación, se han enfrentado a momentos de crisis en algún momento de su trayectoria.
Por lo tanto, la lectura correcta de un momento de crisis en tu negocio inmobiliario no debería ser el autocastigo por no haberlo hecho bien sino más bien el acicate de encontrar el camino para superar la situación y hacerte más fuerte con el aprendizaje que ello conlleva. De hecho, cuando las cosas van bien, mal o regular no es por un único factor sino que se debe siempre a múltiples factores que se han desarrollado de modo simultáneo.
10 acciones de choque para impulsar tu negocio
Llegados a este punto, vamos a entrar de lleno en aquello que podemos hacer para sacar adelante nuestro proyecto. Lo primero que hay que tener en cuenta, para evitar bloqueos y colapsar, es entender que no todo se puede hacer en un día, pero sí se puede hacer cada día de manera progresiva y con constancia.
Analizar nuestra situación es un buen punto de partida con el que elaborar un calendario en el que subrayar las acciones que vamos a llevar a cabo para superar el bache en el que nos encontramos.
1. Pon el foco en lo prioritario
Cuando todo es importante, nada lo es. Ante una situación complicada es clave saber detectar y analizar dónde está lo urgente, lo prioritario, lo importante, lo secundario y lo irrelevante. Si estamos perdiendo energía en tareas y acciones de segundo y tercer orden, estaremos malgastando recursos y olvidando lo que realmente es esencial.
2. Elimina lo que resta
La famosa frase de menos es más cobra todo su sentido aquí. En tiempos difíciles tenemos que soltar el lastre de todo aquello que nos impide crecer. Cualquier elemento que rodee nuestra actividad que no sea útil o necesario para lograr los objetivos y la viabilidad del negocio, debe ser suprimido de manera inmediata.
3. Revisa tus procesos de trabajo
No todo lo que nos pasa lo podemos achacar a la coyuntura, el mercado, y al sector inmobiliario. Tenemos que asumir nuestra parte de responsabilidad y es por esto que es el momento de revisar nuestros procesos de trabajo, rehaciendo (o haciendo por primera vez) métodos de trabajo estandarizados con protocolos de trabajo sencillos y eficaces que no fallen donde antes sí lo hacían y que resuelvan escollos que la experiencia nos ha proporcionado.
4. Adquiere herramientas de gestión actualizadas
El negocio inmobiliario es complejo y altamente competitivo. Cada día existen más herramientas al servicio de la eficacia, la automatización de procesos y la mejora en la gestión de las oportunidades comerciales. Invertir en herramientas de gestión actualizada y adecuadas a tus necesidades es un paso crucial para salir adelante y no quedarse atrás.
5. Encuentra el equilibrio entre digitalización y emoción
Los avances tecnológicos aplicados al sector inmobiliario tienen un desarrollo abrumadoramente exponencial que nos brinda de un sinfín de opciones y nuevas posibilidades: desde la creación de contenidos de calidad hasta la mejora de nuestra visibilidad en el entorno digital.
Sin embargo, esto no nos debe hacer dejar de lado el factor humano como generador de emociones. Al fin y al cabo, somos personas interactuando con personas, por lo que un buen equilibrio entre la tecnología y la humanidad será esencial.
6. Amplía servicios y explora nuevas opciones
Es un mantra repetido en el sector el hecho de que el éxito radica en la especialización y la diferenciación. Si tu negocio peligra es posible que uno de los factores sea que tus clientes te perciben como “uno más” del resto. Trabajar por ser diferente y único se puede lograr analizando en qué eres especial y qué servicios puedes ofrecer de manera adicional que resulten interesantes para tus clientes potenciales.
7. Trabaja la captación inteligente
Vivimos obsesionados con la captación y no es para menos, ya que sin activos en cartera, nada tenemos que ofrecer. Pero si las cosas no están yendo del todo bien, nuestra captación debe ser ajustada a criterios de rentabilidad. No podemos perder el tiempo con inmuebles que no sean viables o que el margen de beneficio que nos deje sea tan pequeño que no resulten viables. Analizar el margen bruto y neto de cada operación nos puede llevar a detectar sorpresas desagradables derivadas de haber gastado más recursos que los beneficios obtenidos.
8. Fideliza a tus clientes
Tener claro el “customer journey” de un cliente es fundamental para determinar cuál es su experiencia durante el proceso, con aquello que le sobra o que le falta, así como lo que espera y lo que supera sus expectativas de nuestro servicio como profesionales inmobiliarios. No podemos permitirnos el lujo de perder un cliente o de olvidarnos de él, ya que en el sector, los clientes son como los diamantes, para siempre.
9. La unión hace la fuerza
Si consideras que tu posición es inestable o no lo suficientemente fuerte y consolidada, una estrategia de supervivencia -y éxito- puede ser la de cerrar alianzas con otras agencias desde una perspectiva beneficiosa para ambas partes. Es posible que otros operadores estén pasando también por dificultades y quien sabe si una buena alianza sirva para mejorar los resultados de ambas.
10. Atrévete a dar el paso
No se trata de salir de la zona de confort sin ton ni son, sino de entender que en determinados momentos hay que asumir ciertos riesgos derivados de tomar decisiones no siempre fáciles. Recuerda que continuar haciendo lo mismo sin obtener resultados favorables es una condena inexorable hacia el abismo.
Siempre será mejor hacer algo, aunque nos equivoquemos, que no hacer nada y no aprender nada nuevo. El aprendizaje continuo es la clave de la adaptación, y la adaptabilidad es la clave de la superación y la mejora.