Comenzamos un nuevo año marcado por la incertidumbre económica con la que se cerró el 2022. Sin embargo, es necesario remarcar que el año pasado ha sido uno de los mejores años para el mercado de la vivienda, donde se han superado récords tanto en compraventas, como en hipotecas. Y aunque las noticias no son demasiado halagüeñas, los próximos doce meses pueden ser también muy positivos si tenemos en cuenta los retos para los inmobiliarios en este 2023.
Cambios en la financiación hipotecaria
La inflación y la posterior subida de tipos durante el año pasado, ha hecho que el euríbor en el mes de diciembre se cierre al 3%, con el consiguiente encarecimiento de las hipotecas, tanto fijas como variables.
De hecho, ya hay algunas entidades que han eliminado de su porfolio de productos estas hipotecas fijas y han dado mayor protagonismo a las mixtas. Aquellas que no lo han hecho, han incrementado el interés llegando casi al 5% sin bonificaciones y apuestan más por las de tipo variable.
Eso sí, aunque el euríbor seguirá subiendo durante los próximos meses, sobre todo por las intenciones del Banco Central Europeo en este sentido, los expertos afirman que durante la segunda parte de 2023 la economía se estabilizará y, como consecuencia, este índice de referencia también.
Por tanto, los inmobiliarios deberemos estar al día de estos cambios, no solo en cuanto a la subida de tipos, sino también acerca de su impacto en las condiciones hipotecarias de las entidades financieras y ayudar a nuestros clientes a escoger la mejor elección, aportando seguridad y confianza en esta difícil decisión.
Dificultad para pagar las cuotas hipotecarias
Con relación al punto anterior, muchos de nuestros antiguos clientes contactarán de nuevo con nosotros ante la imposibilidad o la dificultad de hacer frente a los pagos de las cuotas de su hipoteca. Hasta hace un año la mayoría de los compradores se decantaban por las hipotecas de tipo variable debido a que la mensualidad era muy cómoda.
Sin embargo, ante la subida de tipos de los que hablábamos, estas cuotas se han encarecido llegando a incrementarse unos 200 € de media, lo que puede llegar a ser inasumible para algunos propietarios.
Si en su día hicimos un buen trabajo, que estoy convencido de que así es, estos propietarios contactarán con nosotros para comentarnos su situación y ver las posibilidades que pueden tener para dar solución a este problema, así que debemos estar preparados para ello.
Desde refinanciar algunas de sus deudas, ampliar de nuevo el plazo, renegociar condiciones con el banco o aplicar las medidas acordadas por el Gobierno y la banca para ayudar a los hipotecados, son algunas de las alternativas que deberemos comentar a nuestros clientes para aliviar esta situación.
Más tiempo para la decisión de compra
Todo ello hace que muchos compradores necesiten más tiempo para decidir si compran o no. Y es que la inestabilidad económica tiene una gran influencia en el nuestro sector y las noticias que sobre las previsiones de 2023 no son demasiado positivas.
Pero también es cierto que los profesionales inmobiliarios hemos aprendido mucho de la anterior crisis, tenemos un mercado mucho más saneado y lo que faltan son viviendas para equilibrar oferta y demanda.
La reducida construcción de obra nueva y el escaso parque de alquiler influyen en el aumento de los precios, tanto de compra como de arrendamiento, más aún con la alta demanda para cambiar o adquirir una vivienda.
Esta falta de producto, sobre todo en las grandes ciudades, el cambio en las preferencias de los compradores tras la pandemia, el alto precio de los alquileres y la subida de tipos, hacen que los demandantes necesiten más tiempo para reflexionar y tomar la mejor decisión.
De ahí que debamos ser más pacientes, realizar un buen seguimiento, ponerles sobre la mesa todas las opciones que tienen nuestros compradores y comentar los pros y contras de cada elección.
Cambios legislativos en el mercado inmobiliario
Ante todos estos problemas y cómo influyen en la ciudadanía es probable que se apliquen cambios legislativos en lo que al inmobiliario se refiere. Y es que aún está pendiente de tramitar la Ley de Vivienda y la reforma que acelere el desalojo de okupas y el Gobierno ha pedido al Congreso poder hacerlo durante el mes de enero.
Pero igual que ocurrió en el primer semestre de 2022, en el que se aprobó la medida acerca de las ayudas al alquiler para los jóvenes, es probable que durante el próximo año también se tome alguna otra decisión relacionada con la vivienda.
Nuestro compromiso es estar informados de todos estos cambios de forma permanente y poder asesorar a nuestros clientes adecuadamente sea cual sea su situación.
Como vemos, no será un año fácil para los profesionales inmobiliarios, pero seguro que tendremos grandes oportunidades para cerrar un 2023 cargado de éxitos y con interesantes beneficios para nuestro negocio.
Lo importante es que no perdamos el foco y no nos desmotivemos ante lo que podamos leer o escuchar. Siempre podremos encontrar alternativas creativas e interesantes para nuestra inmobiliaria y, sobre todo, para nuestros clientes.