La Metodología o el Método BRIDGE, desarrollado para mejorar la comunicación en el entorno empresarial, se ha convertido en una herramienta clave para los agentes inmobiliarios. Así lo aseguraba Rebeca Pascual, consultora de marketing estratégico, en el pasado Fotocasa Pro Academy Day celebrado en Barcelona, que también nos contó en primera persona cómo aplicarlo para potenciar la eficacia comunicativa en el ámbito inmobiliario.

¿Puedes definir brevemente qué es la Metodología BRIDGE?

La metodología BRIDGE es una herramienta que nos permite identificar el estilo relacional predominante en cada persona. ¿Y esto qué significa? Pues hablamos de la manera en la que alguien se comporta, se comunica, toma decisiones y cuál es su ritmo vital. Cuando conocemos todo esto de una persona, podemos adaptarnos a su forma de comunicarse, lo que nos permite conectar de manera mucho más eficaz con ella. Y eso, especialmente en el caso de un cliente, es fundamental para generar una buena relación.

¿Cuáles son las ventajas de aplicar el Método BRIDGE en una agencia inmobiliaria?

Una de las principales ventajas es que te ayuda a diferenciarte. Hoy en día, los procesos comerciales y las herramientas que utilizamos en el sector inmobiliario son bastante parecidas entre agencias y asesores. Sin embargo, aplicar BRIDGE supone dar un paso más, porque dejamos de centrarnos únicamente en procesos y empezamos a centrarnos en personas.

Cuando mejoramos la base -que es la relación y la comunicación humana-, nos convertimos en agentes mucho más eficientes. Esto impacta en todo: desde nuestro discurso comercial hasta la forma en la que conectamos con los clientes, logrando su fidelización y aumentando las recomendaciones. Todo se vuelve más natural, más fluido y más efectivo.

¿Cómo nos ponemos manos a la obra con el Método BRIDGE?

Lo primero que recomiendo es realizar el test de autodiagnóstico. El autoconocimiento es clave: conocernos a nosotros mismos es el primer paso para poder adaptarnos mejor a los demás e identificar sus estilos relacionales. Una vez que tenemos los resultados del test, es importante trabajar tanto nuestras fortalezas como nuestras áreas de mejora. En tercer lugar, debemos comenzar a entrenarnos en el día a día; no solo con clientes, sino en cualquier situación cotidiana.

Podemos empezar fijándonos en pequeños detalles: el vestuario, la forma de hablar, el comportamiento de las personas que nos rodean… Eso nos ayuda a ir reconociendo patrones y a practicar la identificación de estilos. Así, cuando estemos frente a un cliente, será mucho más fácil entender su forma de comunicarse y podremos adaptarnos a él de forma natural.