La innovación es imprescindible para la supervivencia y evolución de cualquier empresa, incluidas las agencias inmobiliarias. No se trata de adoptar los últimos avances tecnológicos sin más, sino de analizar y repensar el modelo de negocio y la manera de trabajar para mejorar de forma constante.

De todo ello habló en el último Fotocasa Pro Academy Day celebrado en Madrid el economista Vicenç Hernández, presidente de la Asociación de Agentes Inmobiliarios de Cataluña (AIC) y de la Asociación Nacional de Agentes Inmobiliarios (ANAI). Y ofreció, además, las claves que hay que tener en cuenta para el futuro profesional en el sector.  

Retos para los inmobiliarios en este 2023

Innovación más allá de la tecnología 

La innovación debe entenderse como todas aquellas actividades que permiten introducir mejoras o generar nuevos productos, servicios o procesos que hacen que las empresas sean más rentables y eficientes. Es esencial para adaptar el modelo de negocio a las necesidades de cada momento, pero va mucho más allá de las aplicaciones tecnológicas. De hecho, en palabras de Hernández, “la tecnología son algunos de los medios para innovar, pero la innovación va mucho más allá” 

La tecnología actual, sin embargo, sí que supone un cambio fundamental, porque multiplica la velocidad de la innovación, y debemos acostumbrarnos a este ritmo cada vez más rápido en todos los sentidos.   

Innovación y riesgo 

La innovación implica transformación y progreso, también en ámbitos como el liderazgo y la manera de funcionar de las organizaciones. Y puede darse en diferentes niveles: el más básico consiste en adoptar lo que ya está haciendo la competencia; un nivel intermedio implica expandirse hacia mercados o líneas de negocio cercanas a la que ya se tiene en marcha; y el más elevado supone el desarrollo de disrupciones y la creación de nuevos modelos de negocio que todavía no existen. El riesgo es también más alto cuanto mayor es la innovación. 

Innovación en empresas pequeñas y medianas 

Los niveles más arriesgados de innovación suelen estar en manos de grandes empresas, con mayor capacidad de inversión y riesgo. Pero eso no significa que las pequeñas y medianas empresas, como suelen ser la gran mayoría de agencias inmobiliarias, queden fuera. De hecho, Vicenç Hernández remarcó precisamente que estas empresas tienen una gran capacidad de innovación porque su tamaño facilita la toma de decisiones, están menos burocratizadas y son más ágiles. Las pymes tienen más flexibilidad estratégicas y mayor capacidad de adaptación, que son fundamentales para implementar cualquier innovación.  

Y esa mentalidad es precisamente la que hay que potenciar para lo que viene.  

profesional inmobiliario

Las claves para el futuro del sector inmobiliario 

Con todo esto en mente, el experto detalló las que cree que son las 6 claves fundamentales para el futuro profesional en el sector inmobiliario, aquellos aspectos que hay que repensar y adaptar en este negocio.  

1. Adoptar una mentalidad exponencial 

Hasta ahora hemos funcionado pensando en entornos lineales, con crecimientos paulatinos. Sin embargo, el contexto actual está marcado por la digitalización, y eso conlleva que los cambios sean exponenciales: todo avanza a un ritmo mucho más rápido que el conocíamos hasta ahora. “Si lo que pasa fuera de la empresa va más rápido que lo que pasa dentro, estamos acabados”, afirmó Hernández. “Aquello de “toda la vida se ha hecho así” ya no es un argumento válido”. Hay que estar preparados, por tanto, para adaptarnos a los cambios y seguir estando al día de manera constante.  

2. Reflexión prospectiva 

La reflexión estratégica habitual suele ser proyectiva: estudiamos el pasado, analizamos el presente y proyectamos el futuro. Pero este enfoque ya no es válido, ahora hay que ir más allá. Ya no basta con prever diversos escenarios en función de los diferentes factores que afectan a nuestro negocio. Además hay que tener en cuenta cómo podremos adaptarnos a los imprevistos que puedan surgir por el camino, identificar mapas de riesgo, no confundir modas con tendencias y hacer más énfasis en la estrategia que en la planificación. “Hay que pensar hacia dónde se va, más allá de a qué velocidad”, añadió Vicenç Hernández. 

3. Apostar por la agilidad 

Adaptarse a los cambios no es solo una cuestión de rapidez. La velocidad puede ser útil para lidiar con nuestra competencia, pero lo verdaderamente imprescindible es contar con la agilidad necesaria para lidiar con el entono. “Cambiar la manera de trabajar no garantiza el éxito, pero no cambiar la manera de trabajar garantiza el fracaso”, en palabras del experto.  

4. Contar con el mejor talento 

“El talento es el petróleo del siglo XXI, y el mayor talento es rodearse gente mejor que nosotros”, explicó Hernández. Contar con buenos profesionales es clave para la evolución de cualquier proyecto empresarial. “No hay que tener miedo a la inteligencia artificial, sino a la estupidez natural”, remarcó. 

5. Transformación digital 

La transformación digital que ya estamos viviendo comportará la creación de nuevos puestos de trabajo y la destrucción de otros, como ha ocurrido en todos los grandes cambios tecnológicos anteriores. Ante el problema de qué hacer con quienes pierden el trabajo, la solución pasa por potenciar la formación y el talento. Se necesita formación encarada a la flexibilidad y la adaptabilidad, que cree profesionales más ágiles y en reciclaje constante. “Es hora de dejar de promover lo que las máquinas ya pueden hacer mejor que nosotros, esta revolución tecnológica debe ir unida a una revolución educativa”, insistió Vicenç Hernández.  

6. Centralización en el cliente 

Lo más importante en la estrategia empresarial ya no es el producto, sino el cliente. Y sin embargo, un estudio de Harvard a nivel global indica que más del 50% de los clientes están insatisfechos. “Las empresas suelen tener una visión distorsionada de lo que quieren los clientes”, explicó el economista. “Tenemos que saber cuál es nuestro punto fuerte, lo que de verdad esperan de nosotros. Esto hará que nos replanteemos en qué negocio estamos, cómo nos posicionamos, cómo gestionamos a los clientes y cómo los monetizamos”.  

Poner a los clientes en el centro del modelo de negocio implica pensar en ellos por encima de todo y dedicar el máximo esfuerzo a asesorarles realmente en función de sus necesidades e intereses. Para los clientes, los beneficios son evidentes: contarán con una atención y soluciones personalizadas. Para las empresas puede ser fundamental para diferenciarse de la competencia, lograrán una mayor fidelización de los clientes y aumentarán las recomendaciones, tan importantes en este negocio.