El ministro de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, José Luis Ábalos, y la ministra de Industria, Comercio y Turismo, Reyes Maroto, han descartado el “sinsentido” de una bajada de impuestos en España, porque “es momento de la solidaridad” y no ven “lo más adecuado” acometer esa medida.
“Es mal momento para plantearlo, es momento de solidaridad, de responsabilidad y no parece lo más adecuado plantear una rebaja de impuestos al mismo tiempo que se plantea el refuerzo salarial y una política de apoyo a todos los sectores”, ha indicado Ábalos en respuesta a una pregunta sobre la petición de una bajada de impuestos del PP en una rueda de prensa, junto a Maroto, para informar sobre la gestión de la crisis del Covid-19. “De alguna parte tendrá que salir ese dinero”, ha apostillado.
Maroto ha indicado que el planteamiento de una bajada de impuestos lleva a pensar de qué forma se asumirían los compromisos presupuestarios asumidos para desplegar la “red de seguridad social” ante la crisis sanitaria, por lo que ha defendido en su lugar que “hay que apelar a la solidaridad y la corresponsabilidad”.
“Es preciso trabajar juntos para salir de la crisis”
En este sentido, ha abogado por trabajar “juntos” para salir de la crisis y ha recordado que el Gobierno ha abordado la situación configurando una red de seguridad que recoge “todas las necesidades de los sectores y las personas”, con independencia de que se puedan adoptar “otros instrumentos y medidas”, a medida que se produzca el desescalamiento del confinamiento, que se añadan a la cobertura “muy ambiciosa” ya aprobada, que “cubre a la mayoría de la población”.
De igual forma, Ábalos ha tildado de “sinsentido” el planteamiento de una rebaja de impuestos. Al no entender cómo se pide “más gasto y menos ingresos sin que uno se inmute”. “Es un debate falso y muy inadecuado pedir una gran aportación del Estado y al mismo tiempo negarle recursos, es un sinsentido”, ha añadido.
A este respecto, ha recordado que el PP planteó en la campaña electoral de 2011 una bajada de impuestos y finalmente “no solo no los bajó, sino que los subió”.
Además, ha afirmado que la crisis de 2008, “con todo lo dura que fue, no tiene la dimensión ni el sesgo humano de vida o muerte” como la actual. Y ha apuntado que el expresidente del Gobierno del PP, Mariano Rajoy, en un ejercicio de “absoluta honradez”, indicó que “las cosas a veces se dicen y no se hacen”, y aunque abogó en un inicio por bajar impuestos, “los tuvo que subir” al final.
Renta mínima vital
Por otra parte, sobre la creación de la renta mínima vital en la que lleva trabajando el Gobierno varias semanas, que podría beneficiar a unos 5 millones de familias, Maroto ha recordado que es una medida incluida dentro del programa del Gobierno de coalición y que se está trabajando en ella pero “requiere de un análisis riguroso”, al tiempo que Ábalos ha descartado que vaya a ir en el siguiente Consejo de Ministros extraordinario.
Según ha explicado Maroto, actualmente conviven “muchas rentas mínimas” de las distintas comunidades autónomas. Por lo que se está trabajando para que no haya “solapamientos” y se configure una renta que “complemente, sustituya o mejore” a las actuales de las distintas autonomías.
En cualquier caso, Ábalos ha afirmado, ante cualquier posible debate sobre la renta mínima, que la situación actual “justifica claramente” la necesidad de su creación.
Pide paciencia en la tramitación de los ERTE
Por último, sobre la agilización de los ERTE Maroto ha dicho que se están coordinando todos los trámites con las CCAA, ya que los “cuellos de botella” no dependen solo del Gobierno, que ya ha aprobado una normativa “muy ágil” para poder tramitar en cinco días los expedientes en paralelo a una cobertura social a muchos trabajadores incluidos en estos procedimientos.
Actualmente se están analizando las disfunciones para que los afectados por un ERTE puedan cobrar las prestaciones “en tiempo y forma”. Pero Maroto ha apelado a la “paciencia” para que la coordinación entre Gobierno y CCAA “se engrase y vaya todo más ágil”. En todo caso, ha insistido en que el Gobierno ha gestionado en un tiempo “extraordinario” los procesos, ya que antes se tardaba meses.