Para Alquiler Seguro, que opera en el mercado inmobiliario en Cataluña a través de la marca Lloguer Segur, el anuncio de la Generalitat de querer aplicar cuanto antes el control de precios en el mercado de alquiler catalán es, a juicio de su director general, David Caraballo, “una medida que volverá a perjudicar a los inquilinos en el acceso a una vivienda de alquiler, como ya paso en Barcelona en el 2020, donde la propia Agència de l’Habitatge de Catalunya, reconoció que se firmaron menos contratos de alquiler, es decir, que se redujo la oferta, mientras la demanda no para de crecer”.
Controlar los precios no aumenta la oferta de viviendas en alquiler
“Este anuncio, sostiene Caraballo, nos hace atisbar consecuencias dramáticas para el acceso a la vivienda en el mercado catalán, ya que hemos sido testigos de la ineficiencia de la utilización de índices para limitar el precio en: Londres, Berlín, París y en la propia Barcelona en 2020, mientras duró el control de precios”.
“En todos los lugares donde se han tomado este tipo de medidas se han producido efectos contrarios a los deseados. No sólo no se ha logrado regular el mercado del alquiler, sino que se ha retraído la oferta”, añade.
Cataluña: un mercado muy tensionado con Barcelona a la cabeza
“A través de las oficinas de Lloguer Segur hemos podido constatar como el actual mercado de alquiler en Cataluña está cada vez más tensionado, con Barcelona a la cabeza. Cada vez hay más demanda de alquiler y la oferta es muy insuficiente. Desde la Generalitat no hay ningún plan efectivo para aumentar la oferta, que sería la medida necesaria para bajar los precios”, comenta David Caraballo.
Mercado a dos velocidades
Según lo anunciado por la Generalitat, la intención es crear zonas tensionadas en 140 municipios en Cataluña, donde se controlen los precios, lo que provocará que: “Catalunya sea la primera Comunidad Autónoma en crear un mercado de alquiler a dos velocidades. En las zonas tensionadas con un control de precios que va a desincentivar a los propietarios a poner sus viviendas en alquiler o con viviendas de peor calidad a las que no se le realizan obras de mejora por la falta de retorno de la inversión, advierte Caraballo.