En el sector inmobiliario español, la Ley General para la Defensa de los Consumidores y Usuarios (LGDCU) es un pilar a la hora de regular cómo deben actuar agencias y agentes.

Aunque muchas veces se considera algo “legalista” o alejada del día a día, afecta a cada anuncio, visita, contrato y negociación de hipotecas o alquileres.

En este artículo abordamos, con ejemplos aplicables a tu trabajo diario, cómo la ley de protección al consumidor condiciona toda operación inmobiliaria, qué obligaciones fija, qué prácticas prohíbe y cómo convertirla en una ventaja competitiva para tu agencia o para ti como agente. 

¿Qué es la ley de protección al consumidor?

La Ley General para la Defensa de los Consumidores y Usuarios (Real Decreto Legislativo 1/2007) es una norma transversal a todas las empresas que prestan servicios o venden productos y servicios a particulares.

Eso incluye a:

  • Agencias inmobiliarias.
  • Agentes autónomos.
  • Empresas de gestión de alquiler.
  • Intermediarios hipotecarios.
  • Personal de oficinas comerciales.

A su vez, se apoya en tres principios que deben estar presentes en toda operación:

  1. Información veraz. Todo lo que se comunica en un anuncio, visita o correo debe ser veraz, contrastable, suficiente y transparente.
  2. Transparencia contractual. Un consumidor no puede firmar un contrato (reserva, arras, gestión, alquiler, compraventa…) sin haber recibido antes la información de forma clara y comprensible.
  3. Protección frente a abusos. Las cláusulas desproporcionadas, las penalizaciones ocultas, los gastos no informados o prácticas engañosas pueden acarrear sanciones, anulaciones de contrato y reclamaciones.

La ley de protección al consumidor marca cómo debe trabajar un profesional inmobiliario responsable.

4 obligaciones de la ley para las agencias inmobiliarias

La teoría es útil, pero ¿qué exige exactamente esta ley al profesional del sector?

1. Información precontractual obligatoria

Antes de que un consumidor tome una decisión (visitar, reservar, firmar…) debe recibir información clara sobre:

  • Características del inmueble.
  • Superficie útil y construida.
  • Situación jurídica de la vivienda (cargas, usufructos, embargos…).
  • Estado de conservación.
  • Precio total con todos los costes previsibles.
  • Gastos habituales (comunidad, IBI aproximado, suministros…).
  • Honorarios de la agencia y quién los paga.
  • Condiciones del contrato.

No entregar esta información puede considerarse práctica engañosa.

Ejemplo: si publicas un piso con 120 m² construidos pero al visitarlo el cliente descubre que solo tiene 90 m² útiles, puedes enfrentarte a una reclamación por información inexacta o insuficiente.

2. Publicidad veraz: lo que anuncias se convierte en contrato

Todo lo que aparece en un anuncio es contractualmente vinculante. Esto implica que, por ejemplo:

  • Si anuncias “gastos mínimos”, no puedes añadir comisiones o costes ocultos.
  • Si anuncias una “terraza de 20 m²” debes poder acreditarlo.
  • Si dices “sin derramas”, debe estar confirmado documentalmente.
Ejemplo: un anuncio promete “parking incluido”. En el contrato, el propietario dice que no estaba incluido. El cliente puede exigirlo o cancelar la operación con derecho a devolución.

3. Evitar prácticas comerciales engañosas

A su vez, la ley de protección al consumidor prohíbe cualquier acción que pueda inducir a error. En el ámbito inmobiliario, las prácticas prohibidas más frecuentes son:

  • Ocultar cargas o situaciones jurídicas.
  • Exagerar superficies o calidades.
  • Anunciar precios irreales o que no incluyen gastos necesarios.
  • Vender como “listo para vivir” un piso con defectos graves.

4. Transparencia en contratos de reserva, arras y servicios

La ley de protección al consumidor exige que todos los documentos que firme un cliente sean claros, equilibrados, comprensibles y sin cláusulas abusivas. Además, los contratos deben explicar con detalle:

  • Qué sucede si el comprador se retira.
  • Plazos para obtener financiación.
  • Qué gastos asume cada parte.
  • Penalizaciones, si las hay.
  • Servicios que presta exactamente la agencia.

5. Cláusulas abusivas habituales en el sector (y cómo evitarlas)

Las cláusulas desproporcionadas o confusas pueden ser declaradas nulas, aunque el cliente haya firmado. Algunas típicas que suelen considerarse abusivas son:

  • Penalizaciones económicas excesivas por desistimiento.
  • Asignar al consumidor gastos que no le corresponden.
  • Eximir totalmente de responsabilidad a la agencia.
  • Establecer comisiones sin explicar claramente el servicio.
Qué hacer como agente o agencia: usa modelos de contrato actualizados y revisados legalmente. Un texto claro evita conflictos y transmite profesionalidad.

¿Cómo afecta la ley del consumidor a la compraventa?

A nivel práctico, la ley de protección al usuario y consumidor impacta en tres fases de la compraventa: antes de la firma, en la reserva y las arras, y en la firma final.

Antes de la firma

Debes entregar o poner a disposición:

En la reserva y las arras

La ley exige que el consumidor entienda perfectamente:

  • Condiciones suspensivas (por ejemplo: cómo obtener una hipoteca). 
  • Plazos.
  • Derechos y obligaciones.
  • Penalizaciones.

En la firma final

Tu responsabilidad como profesional es asegurar:

  • Que la información previa haya sido veraz y suficiente.
  • Que no se han añadido cláusulas abusivas.
  • Que el comprador conozca todos los gastos finales.

¿Cómo afecta la ley de protección al consumidor a los alquileres?

En los alquileres, la ley de protección al consumidor exige:

  • Contratos claros y accesibles.
  • Información previa sobre gastos y condiciones.
  • Prohibición de cláusulas abusivas (que el inquilino pague todas las reparaciones, penalizaciones por impago desproporcionadas u obligarle a contratar servicios con ciertas empresas).
  • Transparencia en honorarios y servicios. 

En definitiva, el arrendatario es consumidor y la agencia debe garantizar que el contrato respete sus derechos.

Relación entre la ley de crédito inmobiliario y la ley de hipotecas

Aunque este artículo se centra en la ley de protección al consumidor, también hay que entender cómo se integra con otras leyes del sector inmobiliario. Principalmente, con:

  • Ley 5/2019 reguladora de los contratos de crédito inmobiliario (LCCI).
  • Ley hipotecaria.
  • Normativa del Banco de España sobre transparencia.

Estas normas complementan la protección al consumidor exigiendo información precontractual clara, plazos mínimos de asesoramiento, documentación FEIN y FIAE y prohibiendo ventas vinculadas obligatorias.

Para el agente, esto implica:

  • Acompañar al cliente en el proceso sin inducir a error.
  • Verificar que la entidad cumple con los plazos.
  • No recomendar productos sin explicarlos correctamente.

¿Qué exige la ley y qué debe hacer la agencia?

Obligación Aplicación en el sector inmobiliario ¿Qué hacer como agente o agencia?
Información veraz Anuncios y fichas completas
  • Verificar datos.
  • Incluir cargas.
  • Superficies reales.
Transparencia precontractual Reservas, arras, alquileres
  • Entregar dossier informativo previo y por inmueble.
No cláusulas abusivas Contratos
  • Revisar modelos.
  • Evitar penalizaciones desproporcionadas.
Prohibición de prácticas engañosas Publicidad y visitas
  • Evitar “adornos”.
  • Confirmar información por escrito.
  • Utilizar plantillas de contrato verdaderamente claras
Derechos del consumidor Compradores e inquilinos
  • Ofrecer información accesible y comprensible.
  • Formarse periódicamente en consumo. 

La mayoría de agencias cumple la ley “porque toca”. Pero las que la integran como parte de su valor diferencial:

  • Cierran operaciones con clientes más informados y confiados.
  • Reducen reclamaciones.
  • Mejoran su reputación.
  • Generan más prescripción.

En resumen…

La transparencia vende más que cualquier argumento comercial. La Ley de Protección al Consumidor marca el camino hacia una intermediación más profesional, fiable y cercana a las necesidades del comprador o inquilino.

Para agencias y agentes, cumplirla evita riesgos, por lo que es la mejor manera de generar confianza, diferenciarse y cerrar operaciones. Fotocasa Pro te acompaña en este camino con herramientas, formación y recursos que facilitan la transparencia y el cumplimiento legal sin complicaciones.


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