Las ciudades, y las necesidades de sus residentes, están en constante evolución. Y el cambio que experimenten en los próximos años estará íntimamente relacionado con los tipos de vivienda que buscarán los clientes del futuro. ¿Cuáles son las previsiones? ¿Qué importancia van a tener los espacios compartidos? ¿Cuál será el papel de la sostenibilidad? ¿Y qué deben tener en cuenta los profesionales inmobiliarios para adelantarse a las nuevas demandas?
De ello se ha hablado en uno de los cursos de Fotocasa Pro Academy de la mano de Irene Trujillo, directora de operaciones de la compañía de coliving DoveVivo en España, fundadora de OhMyPlace, arquitecta y project manager con más de 17 años de experiencia en el sector inmobiliario. Y una de las tendencias más evidentes ya está aquí: la demanda de viviendas en alquiler es cada vez mayor, y surgen nuevas fórmulas para darle respuesta, como el coliving.
El futuro es urbano
La tendencia internacional es una mayor concentración urbana. Se calcula que en 2050 el 80% de la población mundial vivirá en ciudades, lo que requiere de nuevas soluciones habitacionales para dar respuesta a este gran desafío demográfico. De hecho, ya actualmente es evidente el mayor peso de las ciudades. El 96% del PIB de España corresponde a las ciudades.
Cambios en el mercado
El cambio generacional está marcando un cambio de tendencia, influido por una mayor necesidad de compartir experiencias y, en el ámbito inmobiliario, con un significativo aumento del mercado del alquiler, que se prevé que pasará del 22% del total actual al 40% en los próximos diez años.
Nuevos usuarios del alquiler
Uno de los motivos de este aumento del alquiler es la mayor movilidad laboral: cada vez más gente busca una vivienda de manera temporal, no como proyecto para el resto de su vida. “El target de comprador empieza a partir de los 30 años, pero antes se van a decantar mucho más por el alquiler”, indica Trujillo. “Y hay que dar respuesta a esa demanda”.
Estos nuevos usuarios del alquiler valoran espacios de calidad, flexibles y tener las cuentas claras desde el principio. La tendencia es la del pago por uso, y preferiblemente con una sola factura que englobe todos los gastos.
Oferta insuficiente
Ante esta demanda, sin embargo, nos encontramos con una oferta de alquiler residencial claramente insuficiente, con un parque inmobiliario desactualizado y de poca calidad, contratos poco flexibles y una falta de profesionalidad en el mercado del alquiler. “Van a surgir modelos con periodos de alquileres más cortos, los propietarios se darán cuenta de que será más sencillo realizar transacciones si mejoran la calidad de sus viviendas y el sector se va a profesionalizar aún más”, indica la experta.
Sostenibilidad, un factor al alza
El cliente inmobiliario, comprador o inquilino, cada vez valora más aspectos relacionados con la sostenibilidad y la responsabilidad social a la hora de buscar una vivienda. Son especialmente importante las medidas que aumentan el ahorro y la eficiencia energética o de consumo de agua, por ejemplo. “Se puede tener en cuenta incluso en una reforma. No cuesta tanto en términos económicos y van a suponer un gran plus a la hora de vender o alquilar ese inmueble”, afirma Irene Trujillo. Hay que tener en cuenta que las viviendas sostenibles pueden llegar a ahorrar el 40% de consumo del agua y hasta el 50% de energía.
La solución del uso compartido: el coliving
Del mismo modo que el carsharing o el coworking han revolucionado la manera de acceder a un coche o a una oficina, sobre un modelo en el que se comparten los bienes entre diversas personas, el pago por uso ha llegado también al sector inmobiliario. Se trata del coliving o ‘vida en comunidad’: pisos o edificios en los que se alquilan habitaciones o pequeños estudios que se completan con espacios compartidos para todos los residentes. “Las zonas comunes pueden ser la cocina, un salón grande, una zona de coworking, un pequeño gimnasio… Se trata de vivir en comunidad”, explica Trujillo. “Es una evolución del alquiler tradicional o de los pisos compartidos. Aquí se incluyen además todos los suministros, internet, limpieza o mantenimiento. Y pueden ser desde pisos de 3 o 4 habitaciones a edificios enteros”.
El modelo va más allá de compartir un espacio físico: se enfoca también a crear una comunidad de usuarios, y la propia empresa operadora del edificio organiza actividades para que se conozcan entre ellos y creen redes. “Es un modelo a tener en cuenta para algunos pisos que a veces tienen dificultad para salir en venta o en alquiler tradicional, sobre todo para pisos grandes del centro de las ciudades”, dice Irene Trujillo.
El agente inmobiliario del futuro
En este contexto, los agentes inmobiliarios deben adaptarse. Por una parte, para dar respuesta a quienes buscan opciones de alquiler. Por otra, para asesorar a clientes propietarios o a inversores hacia nuevas soluciones que pueden resultarles interesantes y rentables.
Para ello tendrán que diversificar sus manera de trabajar: la intermediación no debe centrarse solo entre compradores y vendedores particulares, sino que puede contemplar también a las empresas operadoras de coliving como posibles colaboradoras.
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