Hace un año que la pandemia cambió la manera de vivir y la manera de trabajar en prácticamente todos los sectores, incluido el inmobiliario. En estos últimos doce meses las empresas se han adaptado a las nuevas circunstancias para seguir adelante con su negocio. Y eso ha pasado en buena parte por la transformación digital. Según cifras de un informe de Salesforce, siete de cada diez empresas aceleraron su digitalización en los primeros ocho meses de pandemia. 

No hay cifras actualizadas para las agencias inmobiliarias, pero la tendencia es innegable. “El hecho de que no podamos relacionarnos ha obligado a que todos los negocios que se hacían cara a cara tuvieran que cambiar de un día para otro. Y eso ha provocado que las empresas que ya tenían previstos planes de digitalización para los próximos años hayan pisado el acelerador. Y lo que habrían hecho en dos años lo han puesto en macha en tres o cuatro meses”, afirma Oriol Sabater, director de tecnologías de Tecnotramit

Digitalización, una transformación imprescindible

Los primeros cambios se pusieron en marcha ya durante el confinamiento. “Lo primero fue cubrir las actividades mínimas para poder ejerciendo la actividad habitual y no tener que cerrar. El cambio más importante ha sido adaptarse a poder hacer lo que se hacía antes pero a distancia. Desde casa o desde cualquier lugar del mundo”, indica Sabater.

“Por eso se han incrementado mucho las tecnologías que permiten visitar una vivienda en remoto o la firma digital. En 2021 son servicios casi obligatorios para cualquier agencia inmobiliaria”.

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Cambios de la digitalización en el día a día de las agencias inmobiliarias

Gran parte de la transformación digital se ha dirigido al propio funcionamiento de las empresas y el trabajo con los propios trabajadores. “Las empresas han tenido que adquirir software de videollamadas, han implementado tecnologías de firma digital tanto para uso interno como externo. Y han necesitado nuevas herramientas para dibujar planos y propuestas de reforma o interiorismo de las viviendas, entre otros”, dice Sabater. 

Mejor comunicación con los clientes

Por lo que respecta a la relación con los clientes, se han mejorado las tecnologías para enseñar las viviendas a distancia. Para realizar las reservas y tramitar documentación online. “Hemos aprendido a aplicar tecnologías que usábamos sobre todo para el ocio, como los vídeos o los live de Instagram, con una finalidad profesional, para poder mostrar viviendas con solo un teléfono”, dice el experto. 

Además, herramientas como lectores de DNI y videollamadas permiten comprobar la identidad de un cliente desde su casa. Y poder realizar trámites de manera segura sin necesidad de verse cara a cara. 

Llegar a los millennials

Todas estas tecnologías, que ya se han acostumbrado a usar muchos de los clientes durante el último año, cobran aún más relevancia en el caso de los millennials, que constituyen buena parte de los clientes actuales y de los próximos años.

Los millenials buscan inmediatez y facilidad. Quieren encontrar multiplataformas que les permitan hacer todas las gestiones desde un mismo entorno online a través del teléfono y desde cualquier parte”, detalla Sabater. “Y eso incluye buscar vivienda, visitarla de forma virtual y gestionar una hipoteca”.

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De oficina a coworking

Otro cambio importante derivado de la pandemia es el del uso de los espacios. Sin la presencia continua de los trabajadores en una oficina inmobiliaria, en muchos de estos locales ahora hay sitio de sobra que se puede alquilar a otros profesionales y crear un coworking.

“Es una manera de aprovechar ese espacio, como coworking, o como salas en las que realizar tours virtuales de los inmuebles mediante realidad aumentada, por ejemplo. Los espacios de oficinas se están transformando con nuevos usos o de manera compartida”, afirma Oriol Sabater.

“Es algo que, de hecho, ya había empezado antes de la pandemia en las grandes ciudades, y ahora se ha extendido muy claramente también en las poblaciones de los alrededores de las capitales”. 

No hay vuelta atrás

Todos estos cambios digitales no solo tienen aplicación en este contexto extraordinario: se han incorporado ya al día a día, y no solo se van a consolidar sino que van a crecer en los próximos años.

“Nada puede sustituir al contacto personal, y quien era buen comercial antes de la pandemia lo seguirá siendo cuando pase, pero solo sobrevivirá en el negocio si se ha adaptado a la transformación digital”, reflexiona Sabater.

“O estás ya en esta rueda, o no hace falta que lo hagas. Quien quiera abrir una oficina ahora mismo solo con funcionamiento tradicional, no hace falta que la abra. Y quienes ya están en marcha y no se han tecnificado están en peligro de extinción”.