Cuando creamos anuncios para nuestros inmuebles, podemos cuidar y mejorar las fotos, hacer tours virtuales… Pero, ¿sabemos qué es lo que hará que finalmente una persona contacte con nosotros para hacer una visita a ese inmueble?
Es, sin duda, algo sorprendente, si no fuera porque ya nos lo deja adivinar el título de este artículo. Sí, se trata de la descripción de nuestros anuncios.
Esto es lo que nos ayudará a conseguir que nos llamen y, a continuación, descubrirles todos nuestros servicios inmobiliarios, tal y como te contamos en este artículo que trataba sobre cómo convertir un lead en cliente de nuestra agencia inmobiliaria.
¿Cómo comenzaría la descripción de un inmueble?
El primer paso es conocer ese inmueble. Dedicarle a la descripción el tiempo que sea necesario y no hacer un “copiar y pegar”. Las descripciones de los inmuebles nunca deben ser iguales, porque lo cierto es que no hay dos inmuebles iguales.
En las descripciones que redactes de inmuebles, dos tercios deben ser beneficios y el tercio restante, características. Las características informan, los beneficios venden. Para vender, lo primero que tienes que hacer en tu descripción es informar. E informar de forma breve, yendo “al grano”.
La extensión de una descripción debe estar entre 250 y 500 palabras. En este punto conviene recordar que la mayoría de usuarios ven los anuncios a través de plataformas móviles. Hay que tener en cuenta este dato para no redactar descripciones demasiado extensas, que aburran al lector. Porque este terminará abandonando el anuncio.
Debemos empezar de afuera hacia adentro, describiendo cómo es la zona donde esta situado el inmueble. Las conexiones, los comercios, la vida social… y todos aquellos beneficios que se te puedan ocurrir de la zona.
Una vez que hayamos terminado con la zona, describiremos el inmueble. Lo mejor es hacerlo como si estuviésemos realizando la visita del inmueble, para reforzar el orden de las fotos y que la persona que lo está leyendo pueda imaginar, casi sin tener que mirar planos o fotografías, cómo esta distribuido el inmueble.
Como os decíamos anteriormente, debemos hablar más de beneficios que de características y redactar la descripción pensando en el público objetivo que podría desear ese inmueble. Aun así, es conveniente evitar descripciones que reduzcan el número de interesados. Como por ejemplo, utilizando frases del tipo: “solo para…” “ideal para…”.
Redacta la descripción del inmueble apelando a los sentimientos de las personas que objetivamente puedan querer adquirir ese inmueble o irse a vivir allí.
¿Y cómo terminaría el anuncio?
Nos fijaremos en cómo suelen hacerlo las grandes marcas. Aunque nos sorprenda, esta es la parte más importante de la descripción del inmueble, después del título. Se llama Call to Action (CTA) o Llamada a la Acción. Esta es la parte final de la descripción, en la que le indicaremos al lector qué queremos que haga exactamente.
Es importante terminar con esa llamada de atención, para que nos llame o contacte lo antes posible sin que vea mas anuncios. Si no lo hace, perderemos el 50 % de probabilidades de que nos vuelva a contactar.
¿Qué más debemos incluir en la descripción?
La descripción del anuncio también tiene que contar cómo es nuestra empresa inmobiliaria. Por eso importante transmitir nuestra forma de ser (la de la empresa) en nuestros anuncios. El texto debe tener nuestro toque de personalidad para que sea fácilmente reconocible y que nuestros anuncios entren en la mente de los consumidores como marca preferida a otras.
En conclusión, debemos preparar anuncios personalizados para cada inmueble. Ser diferentes y reforzar esa ventaja competitiva con unas buenas descripciones, que hagan que nuestros anuncios sean los más atractivos de nuestra zona de actuación.
Y recordad: si hablamos a los usuarios directamente a sus emociones habremos conseguido convertirlos en clientes de por vida.