El segmento de edad hasta los 45 años acostumbra a tener un nivel de participación en el mercado inmobiliario más alto que el resto: primera emancipación, cambios de residencia por motivos de estudios o laborales, diferentes viviendas de alquiler y una compra final de una vivienda. Es una cuestión de ciclo vital. Y según el informe “Medio año de pandemia: impacto en el sector inmobiliario” publicado por Fotocasa, estas personas menores de 45 años no han abandonado el mercado de la vivienda a pesar de la complicada situación provocada por la crisis del coronavirus. Por tanto, a diferencia de lo que ha pasado en otras crisis, esta vez los jóvenes no están abandonando la búsqueda de vivienda.
“A pesar de que los jóvenes son siempre los primeros que desaparecen del mercado inmobiliario en momentos de crisis, este informe muestra que en estos momentos la intención de búsqueda de vivienda entre los segmentos más jóvenes no ha cesado a pesar de la pandemia. De hecho, el segmento comprendido entre los 25 y los 34 años es el más activo en el mercado inmobiliario en estos momentos”, explica Anaïs López, directora de Comunicación de Fotocasa.
Si analizamos los datos según los tramos de edad más jóvenes, se ve que, en los seis meses de pandemia el nivel de participación en el mercado inmobiliario se redujo en cuatro puntos entre los de 18 a 24 años, en dos puntos entre los 25 y los 34 años y en un punto entre los 35 y 44 años. A partir de ahí, las caídas se acentúan: de 6 puntos entre los 45 y los 54 años y entre los 55 y 75 años.
El descenso de cuatro puntos de participación entre los particulares de 18 a 24 años se puede interpretar a partir de dos variables: una menor movilidad educativa como consecuencia de la pandemia y más dificultades económicas entre quienes aspiran a la emancipación. El resultado es que la demanda de vivienda en este tramo ha caído cuatro puntos porcentuales (del 36% antes de la pandemia al 32% actual).
Todos los estudios previos de Fotocasa Research apuntan que la salida de la casa familiar es un paso que, fruto de la precariedad laboral y los altos precios del mercado, cada vez se retrasa más. Y la incertidumbre socioeconómica que ha traído la pandemia puede suponer una nueva barrera (ha caído en dos puntos, del 19% al 17% el porcentaje de los que los demandantes que logran cerrar una operación de alquiler o compra) e incluso desincentiva la búsqueda (los que buscan sin encontrar bajan aún más, del 22% al 17%). Pero, aun así, este tramo de 18 a 24 años sigue siendo el que registra una mayor participación en el mercado del alquiler.
En la siguiente horquilla, de 25 a 34 años, se repite el patrón, pero de forma más moderada: hay un mayor equilibrio entre compraventa (23%) y alquiler (27%), el descenso de la demanda es menos intenso (del 43% en febrero al 41% en agosto) y mantienen unas mayores tasas de búsqueda no efectiva (los que han realizado alguna acción de búsqueda, aunque hayan logrado completar la transacción). Se podría decir que el retrato de este grupo tiene rasgos compartidos con el que le precede (18-24 años) y el que le sigue (35-44 años). Es precisamente este grupo, el de 35 a 44 años, el que registra una de las anomalías más llamativas: el porcentaje de particulares de esta edad que participa en el mercado de compraventa se ha incrementado (del 17% en febrero al 20% en agosto), mientras que su participación en el del alquiler se ha reducido en cinco puntos.
Los jóvenes, más predispuestos al alquiler
De la misma manera que la relación con la vivienda de las personas evoluciona a lo largo de su vida, también lo hace la opinión que se tiene sobre el mercado inmobiliario. Los de mayor edad tienden a ser más favorables a la compra mientras que entre los segmentos jóvenes hay una opinión más favorable del alquiler.
Por ejemplo, son los más mayores los que siguen considerando que entre los españoles el sentimiento de propiedad de la vivienda está muy arraigado. De hecho, más del 80% de los particulares que comprenden los segmentos de edad entre los 45 y los 75 años están a favor de esta idea, mientras que entre los 18 y los 25 años el respaldo no supera el 50%. También son los mayores los que más valoran una vivienda como una buena herencia para los hijos. Y, como es esperable teniendo en cuenta esta opinión, consideran preferible invertir el dinero en una hipoteca en lugar de en el alquiler.
Sin embargo, pese a que los jóvenes coinciden con los mayores en valorar la vivienda como inversión, también aprecian más el alquiler. Por ejemplo, consideran en mayor medida que se está produciendo un cambio de tendencia a favor de comprar menos y alquilar más. Por otro lado, las expectativas de que la nueva normativa de control de precios del alquiler favorezca el equilibrio entre la oferta y la demanda bajan a medida que se incrementa la edad de los encuestados: lo más mayores son más escépticos que los jóvenes sobre su utilidad.
¿Cómo ven la compra los jóvenes?
Un dato que llama la atención es que la intención de compra en los próximos dos años del rango más joven ha subido hasta un 9% -en febrero se encontraba en el 5%- y hasta un 13% en el rango de 25 a 34 años -hace seis meses estaba en el 7%-. La mayor parte de estas transacciones se registran en Madrid que sube del 18% al 23%, y Cataluña que pasa del 15% al 22%.
Los motivos, al igual que para otros rangos de edad, ha sido el darse cuenta de que su vivienda durante el confinamiento no cumplía con sus necesidades y, además, el teletrabajo ha supuesto que muchos jóvenes puedan plantearse vivir más lejos de los grandes núcleos urbanos, dándoles margen para el ahorro.