Los ingresos de las consultoras y agencias inmobiliarias se situaron en 7.800 millones de euros en 2021, lo que supuso un aumento del 41,8% respecto al ejercicio anterior, en el que la facturación había retrocedido un 14,4%, según el Observatorio Sectorial DBK Informa.

En concreto, destacó el impulso que experimentó este sector gracias al dinamismo en la inversión en el mercado inmobiliario, con especial mención del buen comportamiento de las áreas residencial, logística y oficinas.

Por sectores, el de las agencias inmobiliarias facturó 7.400 millones de euros, situándose un 43,1% por encima de la cifra alcanzada en 2020. Por su parte, el negocio de las empresas con un perfil de consultoría inmobiliaria se cifró en 400 millones de euros, registrando un aumento del 21,2%.

En lo que se refiere a las transacciones de viviendas libres, se registraron 650.000 operaciones en el año 2021, lo que supone un aumento del 39,1% respecto al ejercicio de 2020. En términos de valor, las transacciones de viviendas libres generaron cerca de 115.000 millones de euros, un 47,8% más.

La inversión en el mercado inmobiliario no residencial también experimentó en 2021 una tendencia alcista gracias al dinamismo de inversores nacionales y extranjeros, en un contexto de alta liquidez y bajos tipos de interés.

Respecto al número de empresas, en 2021 se contabilizaban 56.700 compañías con actividades inmobiliarias por cuenta de terceros, cifra que se situó ligeramente por debajo de la registrada un año antes. Asimismo, el número de agencias se aproximó a las 63.900, un 0,1% menos que en enero de 2020.

La estructura empresarial se caracteriza por la presencia mayoritaria de compañías de pequeño tamaño, contando el 97% con una plantilla de menos de seis empleados. En el ámbito de las empresas con una mayor especialización en consultoría inmobiliaria se aprecia una mayor dimensión media de los operadores, así como la presencia de filiales de grupos extranjeros.

El sector espera mantener la tendencia alcista de sus ingresos en el próximo ejercicio, aunque a corto plazo se prevé una moderación del ritmo de crecimiento ante el deterioro de la coyuntura a escala nacional e internacional, y la tendencia al alza de los tipos de interés.