Llega el verano y empieza a sonar una música de fondo constante que nos habla de calor, playa, helados, viajes, turistas, chiringuitos, fiestas y siesta, en resumen, es el momento de dejar de trabajar y disfrutar de unas merecidas vacaciones. Sin embargo, y aunque tanto clientes como inmobiliarias, entramos en modo verano, este es un periodo del año que puede llegar a ser muy rentable si sabemos qué hacer y cómo hacerlo.

Lo primero es no entrar en el bucle de pensar de que todo cierra por vacaciones y que la actividad se para en seco. Es cierto que puede existir un cierto descenso en el número de operaciones, pero no tanto porque desaparezca el deseo de adquirir una vivienda o de cambiar de residencia sino más bien porque otros elementos pueden jugar en nuestra contra como la climatología extrema o la capacidad de interactuar tanto con la parte vendedora como con la compradora.

Pensemos que también es una época donde algunos clientes se replantean el cambio de residencia por tener nuevas necesidades familiares, personales o profesionales que hacen que no puedan esperar ni un minuto más y aprovechan del tiempo libre que les permite la temporada estival para buscar una nueva vivienda.

Oportunidades de verano en el sector inmobiliario

Oportunidades de verano en el sector inmobiliario

La clave está en entender que una dificultad o amenaza se puede transformar en una oportunidad e incluso en una ventaja competitiva con respecto al resto de competidores. Trabajar el verano en el sector inmobiliario no es cosa fácil pero sin duda no es algo imposible. De hecho, una buena estrategia y planificación de trabajo nos puede traer grandes satisfacciones y alguna agradable sorpresa.

A continuación vamos a detallar cuáles pueden ser esas oportunidades que, si sabemos aprovecharlas, pueden transformar la travesía en el desierto que a veces supone el verano, en un agradable paseo que nos sirva para rentabilizar la época con menor actividad del año.  

El tiempo libre de los compradores potenciales

Como hemos citado anteriormente, una circunstancia en apariencia negativa puede funcionar a nuestro favor. En este caso, los compradores que realmente están buscando una vivienda con cierta urgencia se vuelven mucho más activos durante esta temporada ya que disponen de más tiempo para rastrear inmuebles y para visitarlos. Esta hiperactividad del comprador debemos aprovecharla a nuestro favor, enfocando nuestras acciones en captar su atención con aquello que están buscando.

La flexibilidad de las agendas

Esta es un arma de doble filo, ya que el hecho de tener mucho tiempo libre también nos va a obligar a adaptarnos a los horarios y cambios que tanto propietarios como compradores nos puedan requerir. No es momento para ser rígidos sino para entender que nuestra capacidad de adaptación a las circunstancias de nuestros clientes es imprescindible para no perderlos y que no opten por elegir a otra agencia inmobiliaria más versátil y flexible.  

Las horas de luz y las condiciones meteorológicas pueden jugar a nuestro favor

Recuerda aquello que tanto valoran nuestros clientes: luz natural, espacios luminosos, temperaturas agradables en el hogar… Si sabemos agendar correctamente nuestras visitas comerciales a las viviendas en base a sus características y si preparamos los inmuebles para que el tour resulte agradable, el verano puede llegar a ser el mejor momento del año para mostrar las ventajas de una vivienda, incluso de aquellas que tenemos en cartera inactivas y que ahora pueden gozar de una oportunidad.  

Acciones concretas que podemos ejecutar en verano en nuestro negocio inmobiliario

Acciones concretas que podemos ejecutar en verano en nuestro negocio inmobiliario

Todo esto se tiene que traducir en la puesta en marcha de una serie de acciones encaminadas a generar oportunidades comerciales efectivas. Veamos algunas de ellas como elemento inspirador, aunque, las mejores, sin duda aparecerán del análisis que cada uno realice en base a sus circunstancias específicas:

Es el momento de apostar por la captación selectiva, tanto de lo que se puede vender ahora mismo, como es natural, como de aquellas viviendas que no resultan tan atractivas a la venta en verano pero que tienen un gran potencial de cara al otoño y sobre las que podemos ejercer una influencia mayor al ser descartadas por nuestros competidores. 

Establece un plan de marketing y comunicación específico para el verano, en el que expliques aquello que pueda ser más efectivo. Brinda mensajes que te posicionan como agente único y diferente y recuerda a tus clientes que estás activo durante el verano. Una campaña de verano impactante, divertida, elegante, o singular puede ser muy efectiva manejando los tiempos y los medios usados.

Cuida las visitas comerciales para que la experiencia sea idílica. Y no solo estamos hablando de las viviendas que por su elementos resultan especialmente deseables en verano (por ejemplo: terrazas, balcones, piscinas, jardines, cercanía a espacios de ocio, playas, parques y espacios naturales, etc.) sino que tenemos que cuidar los detalles en todas las visitas.

    • Vigila que la vivienda esté en perfectas condiciones
    • Presta atención al horario de visita para que no resulte asfixiante
    • Aprovecha las horas de más luz o luminosidad de la vivienda
    • Refuerza los elementos positivos como el aire acondicionado o la orientación del inmueble
    • Juega con elementos sensoriales como los olores, los elementos florales o la presencia de frutas coloridas en los espacios

Y para terminar, a pesar de lo dicho, muchos de tus competidores colgarán el cartel de “cerrado por vacaciones”. Así que recuerda que este puede ser un buen momento para adelantarte al resto aprovechando esta disminución de la competencia y conseguir alcanzar el objetivo de ser el primero en colocar la sombrilla en la playa.