Hemos hablado en artículos anteriores de cómo la aceleración de la digitalización en el sector inmobiliario ha cambiado nuestra forma de trabajar. Ahora más que nunca, sacar rendimiento a nuestros anuncios es fundamental. Hay que enamorar a los compradores a distancia y, por eso mismo, este es un buen momento para el home staging.
¿Qué es el home staging?
Probablemente, el 90 % de vosotros conozcáis perfectamente esta herramienta y la estéis utilizando como un recurso más de vuestra agencia desde hace tiempo. Pero, para aquellos que no la tengáis demasiado presente todavía, este puede ser el momento adecuado para introducir estas técnicas en vuestros servicios.
El home staging es una herramienta de marketing inmobiliario con la que se busca mejorar la imagen de las viviendas que tratamos de vender o alquilar, sin necesidad de hacer una reforma profunda. Su principal ventaja es que genera una sensación de atracción hacia los potenciales compradores a través de las fotografías.
El home staging como concepto lleva solo quince años en España, pero en Estados Unidos, que es de donde importamos gran parte de las estrategias de marketing inmobiliario, llevan más de 45 años aplicándolo.
Barbara Schwarz creó el concepto en 1970, asociándolo a una ventaja que lo hacía irresistible: reducir ostensiblemente el tiempo de venta de los inmuebles que habían sido preparados con home staging frente a los que no.
Las ventajas del home staging
El home staging es básicamente un conjunto de actividades que trata de mejorar la imagen de los inmuebles que se ponen a la venta. Es decir, que con una muy baja inversión tratan de transformar una estancia incolora, fría y aséptica en un espacio colorido, luminoso, atrayente y hogareño.
Pero, ¿cómo se consigue ese efecto? Una de las claves está en las fotografías. El home stager prepara el inmueble antes de que se hagan las fotografías, transformando los espacios con iluminación, muebles de cartón, material textil y algunos elementos básicos de decoración, como cojines, jarrones, toallas, etc. Combinados cambian totalmente el resultado final de la estancia, haciéndola más atractiva. Por lo tanto, mejora también el impacto de las fotografías y los anuncios.
El objetivo es que el home staging sea una herramienta adicional que ayude a obtener más contactos de potenciales clientes.
Pero el home staging no solo sirve para tener mejores fotografías, sino que en las visitas presenciales también ayuda a construir el storytelling con el cliente comprador. De una forma gráfica les ayudamos a entender las posibilidades que tiene el inmueble. Y ya se sabe que una imagen vale más que mil palabras.
Otro elemento importante para poner en marcha este conjunto de técnicas es el precio del inmueble. Si somos capaces de conseguir transformar un inmueble normal, en uno bonito y atrayente con elementos decorativos básicos, podremos defender mejor el precio del mismo sobre otros que no hayan sido preparados. La propia Schwarz ya lo descubrió cuando creó el concepto y aseguraba menos tiempo para vender y con un precio más alto.
Realmente son dos argumentos insuperables en nuestro sector. Probablemente los claves para obtener captaciones. Pero la realidad es que no es tan fácil cómo lo planteaba Schwarz. Aun así, os podemos asegurar que ayuda.
¿Por qué ahora es un buen momento para el home staging?
Este es un buen momento para retomar estas técnicas en nuestra agencia, porque toda nuestra estrategia de digitalización es fundamental para poder seguir siendo competitivos. El mercado ha cambiado y cada nueva fotografía bien hecha cuenta más que hace un año y un mes.
Cada vídeo pasa a ser un elemento diferenciador que puede decantar la balanza de una operación. Hay que recordar, además, que ahora el impacto publicitario previo a una visita presencial es mayor, por lo que nuestros anuncios y recursos digitales deberían optimizarse lo máximo posible.
En Fotocasa Pro Academy hemos realizado cursos de home staging y en breve trataremos la temática en nuestro podcast. Os aseguramos que los profesionales del home staging nos han contado cosas muy interesantes entre bambalinas. Después de unas ponencias, una home stager me enseñó las fotos de un inmueble en una zona concreta de Madrid.
Me habló de sus dimensiones y de otros detalles y me preguntó: Por curiosidad, Juan Carlos ¿cuánto pagarías por este piso?
Lo cierto es que eran fotos normales, sin mucha decoración. El piso estaba limpio y bien iluminado. Yo dije una cifra.
¿Y por este otro? Automáticamente me enamoré de ese otro inmueble y dije: bueno, por este, 30.000 euros más que por el otro. El segundo era precioso. Lo que me dejó sorprendido en ese momento fue que se trataba del mismo inmueble. Y todavía hoy no soy capaz de reconocer que sea el mismo. Pero ahí no acabó la magia. Me preguntó, ¿sabes cuánto se ha invertido en la transformación? Yo dije, 7.000 euros.
La home stager rectificó mi cifra. Tan solo se habían invertido 1.800 euros y el piso se vendió por 15.000 euros más de lo que ofrecían al principio.
Esto es solo una anécdota, pero en el momento en que estamos, tanto estas herramientas como algunas otras pueden contribuir a diferenciarnos y complementar nuestra estrategia de digitalización. ¿Por qué no probar?