A la hora de buscar una nueva vivienda, la característica más importante para los inquilinos es el precio. Esta variable recibe una consideración media de 8,7 sobre 10 en 2019 (frente al 8,8 de 2018). Con respecto a 2018, nada ha cambiado en los primeros puestos de las características que más se tienen en cuenta: al precio le siguen que no haya que invertir en reformas y que tenga el número de habitaciones necesarias.
Esta es una de las principales conclusiones que se desprende del informe “Experiencia en alquiler en 2018-2019” elaborado por el portal inmobiliario Fotocasa con la intención de trazar una exhaustiva radiografía para conocer el mercado del alquiler tanto desde el punto de vista de la oferta particular como de la demanda particular.
En el extremo opuesto, hay otras cualidades de los inmuebles a las que los inquilinos apenas prestan atención: que tenga piscina o trastero, que haya buenos colegios en la zona y que la urbanización cuente con zonas comunes son las características que menos tienen en cuenta en 2019. Son las mismas que había en 2018, lo que confirma que las ventajas de valor añadido no están entre las prioritarias para los demandantes de vivienda.
“No es de extrañar que el precio sea la característica que guía todo el proceso de búsqueda de una vivienda de alquiler debido a los grandes incrementos en el precio del alquiler a los que hemos asistido estos últimos años. Si hace unos años la ubicación era lo más importante a la hora de buscar vivienda de alquiler, ahora el precio pasa por delante junto con la idea de no tener que invertir dinero para entrar a vivir”, explica Ismael Kardoudi, director de Estudios y Formación de Fotocasa.
La principal diferencia con respecto al pasado año la encontramos en la consideración por parte de los inquilinos de que el inmueble se encuentre en una zona con buenos colegios. El 22% de ellos tiene en cuenta esta variable frente al 18% que lo hacía en 2018. Aunque por la importancia de los segmentos jóvenes en la demanda del alquiler, los colegios siguen siendo una de las características menos considerada: los cambios en la unidad familiar son una motivación destacada a la hora de buscar una nueva residencia en alquiler.
De hecho, esta idea también se ve reflejada en que aumenta, con respecto al curso anterior, el respaldo a características como que sea un barrio residencial, alejado de las aglomeraciones y del tráfico. A su vez, la cercanía con el lugar de trabajo o estudios es un aspecto que se tiene menos en cuenta en comparación con 2018.
Como es de esperar, las preferencias también cambian en función de la edad. Por ejemplo, los menores de 35 años son los inquilinos que más aprecian que el inmueble se encuentre próximo a espacios de ocio. Sin embargo, los segmentos de mayor edad (45-75 años) son los que más valoran características básicas de la propiedad como el precio, la distribución o los metros cuadrados.
Diferencias por Comunidades Autónomas
Además de los años, el territorio también es un factor determinante a la hora de definir qué es lo que más se considera. Por ejemplo, Cataluña y la Comunidad Valenciana son los territorios en los que más se tiene en cuenta el precio a la hora de buscar una vivienda de alquiler. Cataluña, de hecho, se incrementa sensiblemente respecto a 2018 la consideración de las características más básicas: el número de habitaciones, los metros cuadrados y que los materiales del inmueble sean de calidad.
Llama la atención que en Madrid y Andalucía la importancia que se otorga al precio y a la cercanía con el centro de estudios ha disminuido con respecto a 2018. Asimismo, en Madrid, en comparación con el pasado año, los inquilinos tienen menos en cuenta que el piso no necesite reformas.
Inquilinos más enraizados
Otro aspecto relevante en la búsqueda de una vivienda es su ubicación. En 2019, el 27% de los que han alquilado una vivienda para vivir en ella empezaron su búsqueda en la misma localidad en la que ya residían, pero en un barrio diferente. Este porcentaje supone seis puntos más que el 21% de 2018.
De hecho, y si sumamos el 26% que comienza su búsqueda en el mismo barrio en que ya reside, resulta que más de la mitad de las personas que han alquilado un inmueble como inquilino en el último año empiezan a buscar en la misma localidad que vive. Ese 53% de 2019 es ligeramente superior al 49% de 2018, pero todavía lejos del 63% registrado en 2017.
El otro cambio significativo en relación con el año 2018 es el descenso de seis puntos (del 27% al 21%) del porcentaje de inquilinos que comienzan la búsqueda en una provincia diferente a la que ya residían. Esto podría estar relacionado con un cambio en las motivaciones en la búsqueda de vivienda de alquiler: el cambio de lugar de trabajo o estudios ha perdido peso en beneficio de los cambios en la unidad familiar.
También encontramos diferencias en función del territorio. Entre los inquilinos de Cataluña y de Andalucía ha disminuido el porcentaje particulares que han alquilado en una provincia diferente a la de residencia: en el caso catalán este descenso ha sido de 8 puntos y en el andaluz de 11.
La vivienda antes y después del alquiler
Un tercio (33%) de los arrendadores que han alquilado o intentado alquilar a otros un inmueble de su propiedad ha utilizado esa casa como vivienda propia hasta el momento de ponerla en renta. Es el principal uso que se le daba a la vivienda por parte de los arrendadores, seguido de los alquileres de larga duración (22%) y de la segunda residencia (15%).
Estos porcentajes no han registrado ningún cambio con respecto a 2018, como tampoco lo han hecho los usos más improductivos de la vivienda: hay un 9 % de arrendadores que tenía sin uso una vivienda que recibió como herencia y ahora la ha puesto en alquiler y otro 9% que tenía el inmueble vacío. La suma de ambas categorías cifra en un 18% (idéntico porcentaje al de 2018 y muy parecido al de 2017) los arrendadores que han alquilado o intentado alquilar que no daba ningún uso anterior al inmueble en cuestión.
Tampoco se aprecian grandes diferencias con respecto al año anterior en las comunidades autónomas, salvo en Madrid: aumenta en diez puntos (del 32% al 42%) el porcentaje de arrendadores que utilizaban como vivienda habitual la que ahora tienen puesta en alquiler; además, en Madrid el porcentaje de los que la tenían sin uso después de haberla heredado ha bajado del 12% (2018) al 5% (2019).
Fuente: Sala de Prensa Fotocasa