No es extraño que en cada momento, lugar y sector, se produzcan tendencias profesionales que se ponen de moda. Lo más habitual es que estos nuevos perfiles o roles vengan del mismo sector o de sectores afines, sin embargo, también sucede que figuras propias de otros sectores de la sociedad traspasen fronteras y se introduzcan en un sector completamente distinto al que la originó.
Este es el caso del personal shopper inmobiliario, una figura emergente y que cada vez tiene más adeptos y seguidores por aquello que de original y de valor añadido sugiere. Este tipo de profesionales guardan en su esencia el origen que los vio nacer en otro sector que nada tiene que ver aparentemente como es el sector del retail de moda, nos estamos refiriendo a esa atención profesional basada en la excelencia, la profesionalidad y la personalización a niveles individuales del producto o servicio ofrecidos.
Qué hace diferente a un personal shopper inmobiliario de a un agente inmobiliario
Lo primero que tenemos que tener claro es que la denominación personal shopper inmobiliario hace referencia a lo que en otros momentos hemos nombrado como asesores inmobiliarios. No significa que sea exactamente lo mismo, pero sí que es un buen punto de partida para entender qué lo diferencia de un agente inmobiliario.
Aunque tienen en común el objetivo de satisfacer las necesidades de sus clientes, la diferencia principal está en los mecanismos llevados a cabo para lograrlo. En el caso del personal shopper, todos los pasos que se dan habitualmente en el proceso de venta de un activo, se elevan a un grado superior.
Se cuida cada detalle desde el comienzo en una presentación de servicios detallada que plasma el porqué de un servicio personalizado, continuado por una detección de necesidades profunda en la que la entrevista de venta ahonda en aquellas motivaciones que realmente mueven al cliente a la hora de adquirir un inmueble, sean las que fueren (inversión, capitalización, adquisición de status, asesoramiento experto, asistencia personal, servicios extra que no ofrecen otros operadoes, etc…).
Tareas propias de un personal shopper inmobiliario
Algunas de las tareas propias de un personal shopper inmobiliario son:
- Detección de necesidades y motivaciones de compra.
- Aportar información del mercado a niveles de inversión y rentabilidad.
- Selección y búsqueda de inmuebles acordes con los deseos del cliente.
- Asesoramiento experto jurídico, económico, financiero, estadístico y comercial.
- Gestión de todas las fases del proceso de compra a nivel logístico y administrativo.
- Realizar las visitas prospectivas necesarias de inmuebles ahorrando tiempo y esfuerzo al cliente, ofreciendo una selección final adecuada.
- Apoyar y dar soporte profesional a la hora de decidir con los pros y los contras que puedan conllevar cada tipo de operación.
Por último, lo más relevante del trabajo de un personal shopper inmobiliario es su posicionamiento dentro de la transacción. El personal shopper no “intermedia” entre el propietario vendedor y el posible comprador, como así hace el agente inmobiliario, sino que su lugar está del lado de los intereses del comprador, velando por sus deseos, necesidades e intereses, y poniendo su experiencia en el sector en ese lugar. Así, rasteará el mercado buscando aquella propiedad que mejor se ajuste a las condiciones del cliente, utilizando sus contactos, herramientas tecnológicas y conocimentos a tal fin.
Cuáles son las etapas de trabajo del personal shopper inmobiliario
A simple vista las fases del proceso de trabajo de un personal shopper inmobiliario no son muy diferentes con respecto a lo que realiza un agente inmobiliario, e incluso un asesor experto. La clave está en entender el objetivo último de su labor, ante quien responde y quién es su cliente final.
Primera fase: entrevista en la que presenta sus servicios
La primera fase es la entrevista en la que presenta sus servicios haciendo hincapié en la personalización del mismo y el hecho de velar por los intereses del cliente en todo caso.
En esta entrevista se debe realizar la detección de necesidades y motivaciones de compra basadas en un diálogo abierto en el que se subraye el compromiso, la lealtad, la confianza, la honestidad y el espíritu de servicio. Se trata de desgranar los más nimios detalles que puedan ser relevantes para encontrar el activo “perfecto”.
Segunda fase: firma o acuerdo del contrato de servicio
El segundo momento es en el que se produce la firma o acuerdo del contrato de servicio del personal shopper inmobiliario, en el que se detalle la amplitud de los servicios prestados y el coste de los mismos. Se debe destacar el momento de satisfacer cada una de las cantidades en base a los servicos ofrecidos, observando la opción de una provisión de fondos o incluso de gastos previos al inicio de la actividad.
Es importante detallar cuáles, sino todos, de los gastos previos se repercutirán a los honorarios finales de la operación. Por lo demás se atenderá a aquello que una hoja de encargo común se contempla a nivel legal.
Tercera fase: búsqueda del inmueble
La tecera etapa es la de la búsqueda del inmueble y sus visitas correspondientes hasta alcanzar la selección idonea en base a lo que el cliente nos haya solicitado. Una vez encontrada la propiedad que desea adquirir, el proceso sigue con la parte documental para poder avanzar en la transacción.
Cuarta fase: fidelización a través de la satisfacción lograda
La cuarta y última fase no es el cierre de la operación sino el servicio posterior a la misma en la que se busca la fidelización a través de la satisfacción lograda por una experiencia de compra de máximo nivel. El asesoramiento y soporte post-venta es esencial en el servicio de un personal shopper inmobiliario de calidad.
La confianza depositada en un personal shopper inmobiliario obedece a múltiples factores, entre los que destaca: el ahorro de tiempo y dinero, la posibiliadad de minimizar los riesgos, la simplificación del proceso de compraventa y sus pormenores legales, y el trato cercano y personalizado de un experto profesional que salvaguarde sus inetereses en todo momento.