El Colegio Oficial de Agentes de la Propiedad Inmobiliaria de Madrid prevé la reactivación del mercado inmobiliario a partir del primer trimestre de 2017, siempre que exista un marco de certidumbre para el sector financiero.
El sector inmobiliario recibirá un nuevo impulso cuando se produzca la aprobación de los Presupuestos Generales del Estado, lo que está previsto pueda acontecer durante el primer trimestre de 2017 de acuerdo con el calendario existente para las negociaciones y de aprobación en las Cortes Generales. Para dar un empujón a la financiación inmobiliaria es necesario para el sector financiero que exista el marco de certidumbre que proporcionan las cuentas públicas a la marcha de la economía.
El Colegio Oficial de Agentes de la Propiedad Inmobiliaria (Coapi) de Madrid ha detectado que, una vez formado el nuevo Gobierno tras una larga etapa de incertidumbre, es relevante para la reactivación del mercado inmobiliario que se den los pasos necesarios para conseguir un clima de estabilidad que genere más confianza, lo que se producirá con la aprobación de los presupuestos. Debido a la difícil situación que atraviesa el sector financiero, que le está obligando a realizar ajustes de personal y cierre de oficinas, con el horizonte de los presupuestos aprobados le permitiría abrir más el grifo del crédito.
El buen comportamiento del mercado inmobiliario durante el segundo trimestre del año, al que ha seguido una ralentización en el tercer trimestre –puesta de manifiesto tras el verano-, marcará los buenos resultados para el conjunto del año. Este ejercicio está teniendo como protagonista al buen comportamiento de la evolución de los préstamos hipotecarios en el mercado de adquisiciones de segunda mano, y permitirá cumplir las previsiones del incremento del 10% en el número de operaciones en 2016 en Madrid.
Por otra parte, la formación del nuevo Gobierno ha ayudado a disipar algunos temores que se habían suscitado desde principios de año acerca de la posibilidad de que se aplicaran en el futuro medidas fiscales penalizadoras en el ámbito inmobiliario –como una generalización del gravamen para los pisos vacíos, la subida en la tributación del IRPF de la segunda vivienda o el incremento de los impuestos indirectos-. No es que hayan desaparecido tales temores, sino que más bien se han quedado en stand by a la espera de conocer con detalle la dirección que se adopte con la política fiscal del nuevo gobierno.