Han sido años duros en el sector inmobiliario: el desplome del mercado residencial, con la consiguiente quiebra y cierre de agencias, ha tenido graves consecuencias económicas, pero, también, reputacionales.

Si este negocio gira en torno a la confianza, hay que partir de reconocer su pérdida para tratar de recuperarla. Es la hora de reposicionarnos y la mejor herramienta es fijar claramente nuestra misión, visión y valores.

Fruto de los errores y excesos cometidos, los focos siguen encima del sector inmobiliario, pero lejos de amedrentarnos hay que considerar que es una oportunidad para mostrar nuestra mejor cara. Utilicemos esa atención que genera nuestra actividad para que se escuche lo que tenemos que decir: que tenemos unos objetivos claros y una vocación de servicio al cliente.


Trabajo en equipo

Construir ese discurso colectivo es tarea de todos, pero cada uno tiene que hacer su parte. Cada agencia tiene que afrontar la definición de esos tres términos que dibujan qué es (misión), qué aspira a ser (visión) y cómo pretende recorrer ese trayecto (valores). Y, como en los deberes del colegio, no vale copiar: cada empresa es distinta del resto y tiene que hacer el ejercicio de mirarse en el espejo y definirse.

  • Misión: qué hacemos y cuál es el cometido particular de nuestra agencia.
  • Visión: qué queremos conseguir a futuro.
  • Valores: qué principios nos guían en nuestra actividad y qué líneas rojas no vamos a traspasar.

Y si se trata de definirse, quien mejor que quien día a día pone en práctica esa misión, visión y valores (MVV). El equipo de profesionales de cada agencia conoce qué se espera de ellos, qué carencias tiene su empresa y qué ventajas competitivas le sitúan un escalón por encima de su competencia. La redacción de este documento es una tarea colectiva en la que las jerarquías no tienen valor: todos pueden y deben aportar.

Honestidad para reconstruir el sector inmobiliario

La honestidad es imprescindible en el autorretrato que pintamos con estos tres elementos. Pero la transparencia también: no basta con que esta MVV quede explicitada en una reunión interna, son un compromiso público por escrito que hay que difundir como garantía hacia los clientes y, sobre todo, hacia la sociedad. Colgarlos en la web de la agencia y tenerlos impresos y enmarcados en un lugar relevante de la oficina es darles la importancia que merecen y ofrecerlos al escrutinio público.
De ese modo servirán también para reconstruirnos como sector sobre unas bases sólidas, serán de inspiración para el desempeño profesional. Tener un fin definido, una hoja de ruta, servirá para guiar a un sector que, en ocasiones, da la impresión de navegar sin rumbo. Toda su actividad, por ejemplo su estrategia de marketing, se orientará a alcanzar esas metas.
Y si cada uno hace su parte, el sector inmobiliario en su conjunto dispondrá de la brújula con la que guiar sus pasos y demostrar a la sociedad que su labor es valiosa y relevante.