Tras la crisis sufrida durante la última década ha llegado el momento de poder afirmar que el mercado inmobiliario se ha asentado en nuestro país. A pesar de ello, hay que tener en cuenta que 2019 va a ser un año en el que las elecciones autonómicas, las nacionales, la salida del Reino Unido de la Unión Europea, o incluso la tensión bilateral existente entre Estados Unidos y China, entre otras cuestiones, podrían influir de forma determinante en la evolución de este mercado en nuestro país.

Si bien es cierto que se espera un crecimiento más pausado durante los próximos dos años, desde CENTURY21 España percibimos un incremento en cuanto a la oferta de obra nueva, una situación que se justifica ante la gran demanda de este tipo de viviendas que se está llevando a cabo hoy en día. Además, debemos tener en cuenta el hecho de que la demanda se está desplazando desde el centro de las ciudades hacia la periferia de las mismas como consecuencia de la subida de los precios.

Para ser capaces de adaptarnos a esta realidad del mercado inmobiliario nacional, el sector debe potenciar, de forma prioritaria, cuatro aspectos fundamentales:

  • Profesionalización del sector: los asesores están evolucionando hacia un trato más humano, más cercano, en sintonía con el consumidor que hoy en día reclama algo más que un mero intermediario entre una operación de oferta y demanda. Los agentes inmobiliarios del siglo XXI deben estar preparados para entender qué quieren las personas, saber empatizar con respecto a sus necesidades concretas y ser capaces de ofrecer un valor añadido a través de un asesoramiento preciso.
  • Innovación: debemos ser capaces de desarrollar nuevas herramientas que maximicen tanto la experiencia del consumidor como la ejecución de la labor del asesor inmobiliario.
    Investigación: tenemos que disponer de información de valor sobre la situación del mercado local que nos permita ofrecer a cada cliente lo que busca y ser capaces de anticiparnos a sus necesidades.
  • Implementación de nuevas tecnologías: la tecnología debe ser el recurso que nos una de forma “emocional” y “experiencial” con el consumidor. Se debe invertir en el desarrollo y puesta en práctica de plataformas, aplicaciones u otras herramientas que aporten valor añadido al consumidor y que, además, permitan a los asesores inmobiliarios desarrollar sus funciones de forma más eficiente.

Así, los principales retos a los que nos enfrentamos el sector inmobiliario para 2019 serán entender a fondo las necesidades reales que tienen los españoles en relación con la vivienda, ser capaces de ajustar la demanda a sus posibilidades económicas y dotarnos de las herramientas necesarias para establecer una relación de valor entre ambas partes.