Un 33% de ciudadanos asegura que la escalada de la inflación ha afectado, en mayor o menor medida, sus pretensiones inmobiliarias (ya sean de compra o de alquiler). Este porcentaje es muy similar al 34% registrado el pasado mes de agosto, en línea también con la tendencia a la moderación en la subida de los precios después de que en verano alcanzasen niveles máximos.

La encuesta de Fotocasa Research a partir de 5.000 entrevistas indica concretamente que hay un 18% de particulares que han parado el proceso de compra o alquiler de vivienda como consecuencia del aumento de la inflación y otro 15% que se está replanteando si continuar.

Como es lógico, más de la mitad de los particulares mayores de 18 años (un 56% para ser precisos) no tenía intención de comprar o alquilar vivienda y, por tanto, no tienen pretensiones inmobiliarias que puedan verse afectadas por la subida de los precios.

El aumento de las tensiones inflacionistas no solo provoca que los ciudadanos perdamos poder adquisitivo y que, por lo tanto, nos veamos obligados a desechar la idea de comprar o de alquilar, -situaciones que suponen un gran desembolso-. Los efectos colaterales del aumento de la inflación, como la subida de los tipos de interés por parte de los bancos centrales, también dificultan el acceso a la financiación al endurecer las condiciones de los préstamos hipotecarios. Por lo tanto, los impedimentos para acceder a la compra se multiplican. Pero no solo a la hora de comprar: los demandantes de compra frustrada se refugian en el alquiler, poniendo más presión sobre la escasa oferta, lo que eleva el precio de salida de los nuevos contratos. El aumento del IPC es siempre una noticia muy perjudicial para el desarrollo sano de la economía”, comenta María Matos, directora de Estudios y portavoz de Fotocasa.

La inflación afecta al 59 % de compradores: un 28 % paró el proceso y otro 31% se lo plantea

Por eso merece la pena centrarse en segmentos actualmente activos en el mercado inmobiliario: quienes han realizado alguna acción de demanda de vivienda, ya sea en arrendamiento o en propiedad, en el último año. En este caso encontramos porcentajes significativamente más altos, sobre todo entre quienes han comprado o intentado comprar.

Así, un 59% (casi idéntico porcentaje que el 60% de agosto de 2022) de quienes demandan vivienda para comprar se han visto afectados por la inflación: un 28% ha parado el proceso y otro 31 % se lo está planteando.

Entre los demandantes de alquiler el porcentaje es algo más bajo: un 55% de inquilinos dicen haberse visto afectadas por la inflación en sus pretensiones inmobiliarias, un porcentaje que se distribuye en un 29% que ha parado el proceso y otro 26% que se lo ha planteado. En este caso, ese 55% de inquilinos (o aspirantes a serlo) afectados por la inflación es un porcentaje significativamente más alto que el 47% de agosto de 2022.

También hay un 28% de particulares demandantes de vivienda en propiedad que aseguran que la inflación ha impactado poco o nada (un porcentaje que baja al 16% en el alquiler).

La inflación afecta al 59 % de compradores: un 28 % paró el proceso y otro 31% se lo plantea