“Durante toda nuestra historia hemos visto cómo el tema ‘mujer profesional y liderazgo’ ha evolucionado positivamente en general, y en especial en el sector inmobiliario”.
A muchas personas les sorprende cuando explicas que AMAT ha sido una empresa de “mujeres” hasta el 2008. Que con la Ley de la Paridad decidimos empezar a incorporar hombres. Nos preguntan en muchas ocasiones el porqué de ser una empresa de mujeres. La respuesta la encontramos en nuestra historia. Mejor dicho, en la historia de nuestra madre, que es paralela a la de la empresa.
AMAT fue fundada por nuestro padre en 1948, un joven emprendedor de tan solo 24 años que falleció en 1952. A su fallecimiento dejó viuda a nuestra madre, Concepció Amigó de 25 años, dos hijas y una cartera de 80 clientes. Nuestra madre tuvo que decidir qué hacer para poder seguir adelante. Y decidió lo más difícil: continuar con el despacho de Administrador de Fincas que había iniciado nuestro padre. Fue difícil por muchas razones. La primera por ser tan joven. La segunda por conocer poco la profesión. Y por último, lo más difícil: ser mujer en un mundo predominantemente masculino.
Nuestra madre lo pasó mal, muy mal. Le costó mucho hacerse un lugar en el sector inmobiliario. Fue permanentemente cuestionada, pero ella, mujer fuerte y tozuda, siguió adelante. Mi hermana y yo vivimos su situación desde muy jóvenes. Y nos prometimos ser una empresa formada exclusivamente por mujeres, con el objetivo de demostrar al mercado y a los propios compañeros de profesión, que no solo éramos capaces de hacer muy bien nuestro trabajo. Sino también de conseguir éxito, como así ha sido.
El hecho de ser una empresa solo de mujeres ha tenido diversas consecuencias
La primera, que nos ha hecho mejores profesionalmente, durante muchos años hemos tenido que estar demostrando continuamente que conocíamos bien nuestra profesión. Que éramos competentes.
La segunda, hemos pagado sueldos más altos que la media del sector. Nos sentíamos fatal cuando escuchábamos a nuestros colegas diciendo que teníamos mujeres porque así pagábamos menos.
Y la tercera y más importante, nos obligó a ser muy imaginativas en lo que hoy se llama la conciliación familiar. Siempre hemos defendido la necesidad de que las mujeres trabajen, a fin de poder tener independencia económica y en consecuencia, libertad. Por ello nos ha afectado mucho cada vez que una de nuestras trabajadoras dejaba su trabajo por razón de maternidad.
¿Qué medidas adoptamos para cambiar esta situación?
- Creamos un calendario adaptado al máximo al calendario escolar
- Con “la maternidad a la carta”, nos adaptamos a las posibilidades y necesidades de cada una de nuestras trabajadoras.
- Con el teletrabajo experimentamos nuestros primeros fracasos. Seguramente lo pusimos en marcha antes de que tuviéramos la tecnología necesaria.
Durante toda nuestra historia hemos visto cómo el tema “mujer profesional y liderazgo” ha evolucionado positivamente en general, y en especial en el sector inmobiliario. Hoy, muchas inmobiliarias están dirigidas por mujeres y funcionan muy bien. Hoy en día, en AMAT el 80% del personal siguen siendo mujeres. Es normal en nuestro caso. Nuestra filosofía ha sido tejer relaciones a largo plazo con nuestros trabajadores. Es por eso que la incorporación de hombres es lenta.
A menudo nos preguntan, ¿qué diferencias hay entre liderar una empresa un hombre o una mujer? La verdad es que cada persona es distinta, tiene su propia actitud, sus habilidades, pero si tuviéramos que generalizar, diríamos que las mujeres somos más empáticas, cercanas y flexibles. Son menos competitivas y les cuesta decir que sí a determinadas ofertas. Aquí hay un gran reto por delante. Cuando hacemos repaso a las personas que están liderando las instituciones de la sociedad civil, nos damos cuenta de que el 80% son hombres.
Una parte del problema está en lo exigentes que son las mujeres consigo mismas. Una vez escuché en una charla la siguiente afirmación: “Los hombres se mueven por autoconfianza y las mujeres por autoexigencia”. Y me pareció muy acertada.