El sector inmobiliario cierra el primer trimestre de 2022 con una inversión de 3.600 millones de euros, un 28% por encima de la media del primer trimestre de los últimos cinco años, según Cushman & Wakefield.
De esta manera, la consultora inmobiliaria ha señalado que en todos los segmentos del sector inmobiliario, la inversión podría superar los 12.500 millones este año, lo que supondría que se cerrase a niveles similares a los de 2021.
La inversión en el primer trimestre de 2022 ha sido protagonizada principalmente por los sectores hotelero (30%), residencial (28%) y oficinas (22%), mientras que el perfil inversor coincide con el que dominaba el mercado antes del Covid-19 y el comprador extranjero sigue copando la inversión, con un 91% en el primer trimestre.
En el segmento de oficinas las rentabilidades se han visto estabilizadas para el producto ‘core/core+’, con ajustes a la baja para aquellos mejores activos. Asimismo, hay un fuerte apetito inversor en Barcelona y Madrid, que se está trasladando ya a otros submercados descentralizados de ambas ciudades con un perfil de inversión del tipo ‘Core Plus’ y ‘Value Add’.
En cuanto al retail, si bien el año 2021 concentró su actividad en la venta de portafolios de supermercados, en este primer trimestre se han alcanzado los 266 millones de euros. En 2022 se mantendrá previsiblemente el interés por adquirir activos basados en alimentación, centros comerciales y parques de medianas.
Asimismo, el producto logístico sigue manteniéndose como “objetivo” de los principales fondos internacionales en ubicaciones clave en el área de Madrid. La rentabilidad del activo sigue su compresión y la tendencia se mantendrá durante este año, con el e-commerce como el principal dinamizador de este segmento y con la necesidad de activos de calidad por parte de los inversores/ocupantes.
Desde Cushman & Wakefield también han afirmado que “el apetito por la logística” trasciende a los mercados de más tamaño como Madrid y Barcelona y es habitual el observar transacciones en mercados como Málaga, Sevilla, Valencia o País Vasco.
Por otro lado, los factores relacionados con Environmental, Social and Governance (ESG) son cada vez más relevantes llegando a ser incluso condición necesaria para la consideración de determinados activos por parte de algunos inversores.