El 31 de octubre se celebra el Día Mundial de las ciudades y desde Fotocasa Research se ha realizado un análisis para comprobar hacia dónde se dirige la demanda de vivienda con respecto a las ciudades, las zonas rurales y de costa o la periferia.
Del análisis se extrae que hay un reequilibrio de cambio de residencia entre los demandantes de vivienda, tanto en venta como en alquiler, en los grandes núcleos urbanos y en las capitales de provincia. Y es que se observa que un 30% de los demandantes de vivienda han buscado durante 2024 entre los inmuebles disponibles de una capital de provincia, mientras que otro 24% lo ha hecho en alguno de los grandes centros urbanos. Estos porcentajes cambian la tendencia registrada un año anterior, cuando los que antes vivían en capitales de provincia y grandes ciudades eran el 32% y el 27%, respectivamente.
El 51% de los demandantes viven en zonas rurales, de costa o extrarradio, pero un 61% aspira a irse a estas zonas
Por otra parte, en las zonas rurales, el extrarradio de las grandes urbes y las localizaciones cerca de la costa aglutinan el 61% de la demanda actual de vivienda. De hecho, un 23% de esta demanda busca en zonas rurales, un 20% en zonas de extrarradio de las grandes ciudades y un 18% en zonas cercanas a la costa.
No obstante, si se distingue entre compradores e inquilinos, se observan varias diferencias. Así, mientras que los compradores tienden a desplazarse desde capitales de provincia y grandes centros urbanos hacia zonas rurales o cercanas a la costa, los inquilinos se mueven hacia el extrarradio o capitales de provincia.
Si se comparan ambos grupos entre sí se comprueba que los compradores se diferencian de los demandantes de alquiler en que tienden a residir más en zonas rurales o localizaciones cercanas a la costa, mientras que los demandantes de alquiler se concentran más en las capitales de provincia (aproximadamente uno de cada tres inquilinos vive en esa tipología).
“Los ciudadanos priorizan una vida que combine tranquilidad, bienestar y conexión con la naturaleza, una calidad de vida difícil de lograr en el núcleo urbano en el que suele haber contaminación ambiental y acústica. Este cambio en las preferencias se ve reflejado en un desplazamiento hacia zonas periféricas, donde el acceso a viviendas que cumplan con estos requisitos es no solo más factible, sino también más asequible. La elevada demanda y el incremento de precios en las grandes ciudades empujan a los compradores a explorar áreas circundantes, donde la vivienda ofrece espacios más amplios, entornos verdes y un estilo de vida en línea con sus expectativas de calidad y equilibrio”, comenta María Matos, directora de Estudios y portavoz de Fotocasa.
Residir en una zona más tranquila es la principal motivación para cambiar
En 2024, hay un 14% de demandantes de vivienda que viven en una zona urbana, pero están buscando vivienda en una zona periférica. Pero conviene matizar este panorama, ya que el arrendamiento y la propiedad son mercados con dinámicas diferentes. En el primero solo hay un 12% de demandantes que viven en grandes urbes pretendiendo hacer ese cambio residencial a la periferia, mientras que en el segundo ese porcentaje alcanza el 15%.
Y las razones para este éxodo residen, tanto en el caso de los compradores y los inquilinos, en el 38% de los casos en el deseo de residir en una zona más tranquila. A continuación, se sitúa la razón de buscar una vivienda con jardín y/o terraza, objetivo que compartieron el 33% de los consultados. Otro 31% fundamentan el cambio en que los precios de la vivienda son más bajos y un 27% en el anhelo de mejorar la calidad de vida.
Pero la preeminencia de las razones para el cambio no coincide entre compradores e inquilinos. De este modo, la importancia de casi todos ellos es mucho más alta entre los demandantes de vivienda en propiedad (el 40% de ellos pretende vivir en una zona más tranquila) que entre los que buscan casa de arrendamiento (únicamente son el 34%, seis puntos porcentuales menos que aquellos).
Como única razón en la que los inquilinos inciden en mayor medida que los compradores encontramos el coste de la vida (21% de arrendadores por solo el 14% de los compradores). Por su parte, la búsqueda de una zona con un coste de la vida más bajo arroja prácticamente un empate, con un 31% del lado de los compradores y un 30% en los inquilinos.