Llevamos unos meses en los que el precio de la luz parece que no para de subir. Es rara la semana que no vemos una noticia en la que comentan que hay un nuevo máximo histórico del importe del kWh. Además, en los últimos meses también observamos cómo la sociedad se interesa más por la sostenibilidad y el sector inmobiliario también se ha visto impactado. Pero ¿realmente los clientes tienen en cuenta la certificación energética para comprar o vender una vivienda?
Algo está cambiando
Qué difícil es convencer a un propietario de que el certificado energético es obligatorio para vender o alquilar su propiedad. A pesar de ser una imposición de la Unión Europea, también tiene beneficios. Hasta ahora en España no lo teníamos en cuenta, pero en países del norte y el este de Europa, que una vivienda sea más o menos eficiente influye en la decisión de compra.
En zonas en las que en invierno se llegan a temperaturas inferiores a -10ºC, que una vivienda gaste menos en calefacción por su orientación, por su carpintería exterior e interior o por disponer de placas solares, es algo que se valora muy positivamente.
En nuestro país, a la mayoría de nosotros no se nos ocurriría comprar una lavadora que no tuviera la etiqueta A+, como mínimo. Sabemos que cuanto mejor sea la certificación energética, más sostenible será y mayor será el ahorro en la factura de la luz.
Poco a poco vemos cómo está ocurriendo lo mismo con las viviendas. Y es que, tras los últimos meses, los compradores se interesan por las viviendas que son más sostenibles, tal y como nos indicaba Inmaculada Palomo de Grupo Index en el podcast de Fotocasa Pro Academy en el que hablamos de obra nueva y sostenibilidad.
Y es que los constructores de viviendas de obra nueva tienen la obligación desde el 31 de diciembre de 2020 a que los edificios sean de consumo o energía casi nulos. Es decir, deben tener una demanda de energías renovables. Pero los compradores ya ven el beneficio, tal y como se muestra en la siguiente tabla del informe de Fotocasa Research “Perfil del comprador de obra nueva 2020-2021”.
Si el principal motivo de comprar obra nueva es que no necesitan hacer reformas con un 45 %, el siguiente, con un 33 %, es porque es más eficiente en términos energéticos. Un motivo que deja atrás otros clásicos como las mejores calidades o los servicios adicionales que ofrece.
Una tendencia que no dejará de crecer
Desde Fotocasa Pro estamos convencidos de que esta tendencia ha venido para quedarse. Y no solo por el ahorro energético del que ya hemos hablado. Cada vez más empresas relacionadas con nuestro sector apuestan por la mejora energética de las viviendas de segunda mano. Entidades financieras como Hipotecas.com o empresas de reforma como Aquí tu reforma ven claro que es necesario actualizar las viviendas para que sean sostenibles.
Lo vimos en Adevinta Zoom: Hipotecas Green, revolucionando el mercado inmobiliario eco, un encuentro organizado por Adevinta Spain y que tuve el placer de moderar. De este evento se extrae que el parque de vivienda de segunda mano está muy envejecido y que la mayoría tienen una certificación energética con calificación G, es decir, la menos sostenible.
Para ayudar a los compradores a realizar la reforma y mejorar la vivienda que van a adquirir para que sean más sostenibles, ya existen en el mercado hipotecas verdes que, con un proyecto de reforma, podrán incluir en su hipoteca los gastos de la reforma. De esta forma, no será necesario solicitar un préstamo adicional para poder acometer las obras que requiera cada vivienda.
Si además sumamos el nuevo Plan de Recuperación, Transformación y Resilencia de la Economía que aportará 5.800 millones de euros para la rehabilitación de viviendas, es lógico pensar que esta tendencia continuará al alza. En dicho plan, los propietarios que reformen sus viviendas podrán optar a subvenciones de entre el 35% y el 100% de su coste, es decir, entre 3.500 euros y 10.000 euros por cada 10.000 euros que inviertan en la reforma.
Estas mejoras que se realizarán próximamente en muchas viviendas no serán invisibles cuando deseen ponerlas en venta a futuro. De hecho, es seguro que muchos querrán destacar la certificación energética que tenga su vivienda tras los cambios realizados como valor diferencial de otros inmuebles con lo que compitan.
Por tanto, comencemos a reeducar a nuestros clientes, tanto propietarios como compradores, en que una vivienda más sostenible tendrá ventajas actuales por el ahorro en las facturas, pero también a futuro. No solo por el mayor precio que obtendrán cuando se venda, sino también por ayudar a mejorar la contaminación y la huella de carbono en nuestro entorno.