Usar las redes sociales ha dejado de ser una opción: en un mundo hiperconectado, quien no aparece, no existe. Pero, ¿cómo deben utilizarse para obtener resultados positivos en el sector inmobiliario? En otras ocasiones hemos abordado el uso de Facebook y Twitter, sin duda las redes más potentes en los últimos años. Pero, ¿qué ocurre con Instagram? ¿Vale la pena contar con un perfil? ¿Y qué tipo de contenidos deben compartirse en esta red social?
Cada vez más usuarios
Según las últimas estadísticas, Instagram cuenta con más de mil millones de cuentas activas en todo el mundo, y España es uno de los países más potentes, con 16 millones de usuarios. Además, aunque comenzó con un perfil de público predominantemente joven y adolescente, la media de edad de los usuarios ha aumentado en los últimos años y ahora atrae también al público adulto. De hecho, Instagram es actualmente la red social con mayor crecimiento entre las marcas, y son muchas las que están dando el paso de Facebook a Instagram.
Por todo ello, hay quien considera que Instagram ha pasado de ser una red de mero “postureo” a la red a la que actualmente se dirige el conocimiento.
El poder de la imagen
El secreto del éxito de Instagram es, sin duda, el poder de la imagen. En este caso los textos acompañan a las fotos, y los enlaces directos no son una prioridad. Los perfiles personales solo permiten incluir un link en la biografía inicial. Los perfiles de empresa sí que pueden incluir más enlaces, pero el público mayoritario de Instagram busca reaccionar a las imágenes en la misma aplicación, no que se les dirija a una web externa. El objetivo principal, por tanto, no es lograr tráfico directo para la web, sino incrementar la imagen de marca de la agencia inmobiliaria.
El contenido deben ser fotos, preferiblemente cuadradas, y vídeos cortos. Por supuesto, de buena calidad y que puedan transmitir experiencias y sensaciones. Las imágenes destacadas de la cartera de inmuebles son una buena fuente de ideas para el canal de Instagram, pero también fotos de la zona en la que se trabaja. Eso sí: no debe mezclarse el contenido profesional del perfil de la agencia inmobiliaria con fotos personales.
Además de las publicaciones fijas, una de las claves de Instagram son las stories que desaparecen a las 24 horas. Estos contenidos efímeros tienen un gran seguimiento, así que hay que contar con ellos a la hora de publicar en esta red social. Los filtros son también interesantes, tanto para mejorar la calidad de las fotografías como para añadirles un toque informal en algunos casos concretos. Lo mejor es observar qué hacen otras empresas similares y experimentar hasta encontrar el estilo que mejor encaje con la agencia.
Ubicación y etiquetas
La ubicación de las publicaciones y las etiquetas son fundamentales en Instagram, ya que la red social permite seguir no solo cuentas concretas sino también en función de estos parámetros. Se puede incluir un gran número de hashtags y consultar previamente cuáles existen ya en la zona para sumarse a ellas. Por ejemplo, una foto de un apartamento puede incluir #denia, #costablanca, #mediterraneo, etc.
Algunas ideas interesantes
Además de incluir imágenes generales, es importante tener en mente que las fotos de detalle suelen despertar interés entre los seguidores de Instagram. Un rincón especialmente atractivo, un mueble original, las vistas desde una terraza o montajes de antes y después de una reforma o gracias al Home Staging pueden ser buenas ideas para alimentar el perfil de Instagram de una agencia inmobiliaria. Además de fotos se pueden añadir vídeos e incluso pequeños tutoriales de temas concretos relacionados con la actividad de la inmobiliaria. Es sin duda un plus que puede llegar a situar el perfil de Instagram como microinfluencer en su zona.
Publicaciones pagadas
Instagram, como Facebook, también permite la inclusión de contenidos pagados. Esta publicidad tiene la ventaja de poder definir a la audiencia a la que se dirige, y la edad y la ubicación son en este caso dos factores fundamentales. Las campañas se pueden definir según un presupuesto diario o global, y se pueden obtener estadísticas en tiempo real para medir su eficacia.