Las fotografías son un elemento fundamental en el marketing inmobiliario: en este sector se aplica a la perfección aquello de “una imagen vale más que mil palabras”. Pero no todas las imágenes son buenas. Por una parte, hay que tener en cuenta las claves para conseguir buenas fotos en lo que se refiere a la luz, el encuadre y otros aspectos técnicos.

Pero los requisitos para lograr una buena sesión de fotográfica comienzan mucho antes de apuntar la cámara: hay que preparar la vivienda para potenciar sus puntos fuertes y, sobre todo, evitar efectos no deseados.

Lo ideal es conseguir una decoración lo más neutra posible, sin elementos personales de residentes anteriores, porque el objetivo es que el cliente pueda imaginarse ocupando ese inmueble.

Acuerdo con los propietarios

Adaptar una vivienda para una sesión de fotografía inmobiliaria es mucho más complicado si está habitada pero, aun así, deben marcarse ciertas condiciones que los propietarios deben cumplir. Javier Carrero, miembro del equipo de formación de fotocasa academy, recomienda crear un listado de medidas, estancia por estancia, y acordarlas por escrito con la parte vendedora antes de realizar las fotos. Estas son algunas de esas ideas imprescindibles.

salón

El salón: sensación de amplitud

Es la estancia principal de la vivienda y debe ofrecer sensación de amplitud. Para ello, además de recurrir a hacer las fotos desde una esquina para ampliar la perspectiva, es importante que haya zonas del suelo visibles. Para ello puede que sea necesario retirar alfombras o sillones grandes.

El espacio debe estar limpio y ordenado: sin mandos a distancia ni cables a la vista, y sin elementos decorativos demasiado llamativos. Es recomendable también retirar objetos identificativos de equipos de fútbol o de sesgo ideológico, por ejemplo, que pueden crear un efecto negativo en el posible comprador. A ser posible, la decoración se limitará a algunas flores y velas discretas y algunos cojines en el sofá.

La cocina: lista para usar

En la cocina es aún más importante si cabe ofrecer una imagen de limpieza. Para ello la encimera debe estar recogida y sin muestras del uso anterior: hay que guardar trapos, jabones, utensilios, tostadoras, etcétera. Se puede decorar, de nuevo, con alguna vela, flores o fruta fresca. Hay que vigilar elementos como el horno o la campana extractora: los restos de grasa pueden aparecer en las fotografías.

cocina

Los baños: lo más complicado

Las dimensiones de los cuartos de baño, sumadas a la presencia de grandes espejos y luces que a menudo ofrecen reflejos imprevistos hacen de esta estancia la más complicada de fotografiar. Pero no es necesario mostrar todos los sanitarios ni hasta el último rincón: se sobreentiende, por ejemplo, que hay un váter aunque no aparezca en las fotos. Es mucho más interesante mostrar la ducha o bañera, con la mampara o cortina abiertas, y el estado del lavabo.

Antes de fotografiar un baño es aconsejable retirar los productos personales: cepillo de dientes, peines, geles y cremas. El espejo y la mampara deben estar impecables, y se puede decorar con toallas dobladas de un mismo color y que combinen, a ser posible, con los tonos de la estancia.

Las habitaciones y el despacho

Aquí sigue aplicando la norma de despersonalizar el ambiente. Hay que recoger las mesas de estudio, estanterías y mesitas de noche, esconder los cables y retirar las fotografías y objetos personales. Puede dejarse o añadirse, de manera muy limitada, algún toque como un libro o una planta, o algún elemento de decoración infantil, pero dejando siempre espacio a que el cliente comprador pueda imaginar sus propias opciones. Algunos agentes o fotógrafos inmobiliarios cuentan con un kit propio de pequeños objetos decorativos para ayudar en estos casos.

El resto de la casa

El orden y limpieza son básicos también en balcones, terrazas e incluso plazas de garaje. Además hay que asegurarse de que todas las bombillas de la casa funcionan, porque puede que haya que recurrir a la luz artificial para alguna de las fotos, e intentar aprovechar al máximo la luz natural: descorrer cortinas, subir persianas y recoger toldos.

Las vistas

Si el inmueble dispone de unas vistas interesantes, también deben formar parte de la sesión de fotografía inmobiliaria y, a ser posible, aparecer relacionadas con la vivienda. Es decir, se puede mostrar el mar desde la terraza, viendo parte de esta y no simplemente una imagen descontextualizada, o enmarcar las vistas desde una ventana que muestre desde qué estancia se ha obtenido la foto.

Algunos trucos extra

Además de ofrecer una imagen agradable, se pueden tener en cuenta algunos detalles para mejorar aún más el efecto de las imágenes. Por ejemplo, se pueden situar las sillas algo ladeadas respecto a la mesa, como invitando a sentarse. Es importante, por último, valorar abrir las puertas y buscar un punto de fuga a la hora de encuadrar para conseguir una mayor profundidad en todas las estancias.