El margen de negociación medio en la compraventa de una vivienda se ha situado, según un estudio interno de la cadena Alfa Inmobiliaria, en el 7,8% en este primer semestre del año. Esta cifra es un 1,3% más baja que la alcanzada durante 2020.
Sin embargo, y tal y como ocurre con otras muchas métricas en el sector, este dato es tan solo una media de un mercado en el que existen grandes desigualdades. “Se trata de un valor medio siempre y cuando hablemos de una propiedad relativamente bien ubicada, con buenas condiciones de habitabilidad -puede necesitar una reforma completa, pero que sea una vivienda con condiciones de superficie, apertura al exterior, orientación, etc. que permita vivir dignamente-; ubicada en zonas con buenas infraestructuras (servicios, comercios, centros médicos, zonas de recreo, etc.) y en edificios correctamente mantenidos, afirma Jesús Duque, vice presidente de la compañía Alfa Inmobiliaria.
Fuera de esta franja, en la que se desarrolla la mayor parte del negocio inmobiliario, existen dos extremos. En uno de ellos, se venden pisos a muy alto precio y poco margen de rebaja, por sus excelentes características, y otros que en los que para lograr su venta es necesario hacer importantes concesiones.
De hecho, “A medida que sube el precio de la propiedad, el margen de negociación va reduciéndose e incluso desapareciendo”, añade Duque. En el extremo opuesto se encuentran las viviendas de costa, en las que su precio se está recuperando más lentamente que en las zonas urbanas, especialmente beneficiadas por la confianza puesta en las posibilidades del teletrabajo, y por el importante ahorro generado por las familias en el último año, pero que no obstante han sufrido la falta de llegada de compradores internacionales generando una caída mayor en los precios que la vivida en las zonas urbanas.
A pesar de estos datos, el directivo de Alfa Inmobiliaria afirma que la recuperación post-covid de la vivienda está siendo rápida. “Aquellos que no han perdido ya sus trabajos, difícilmente lo perderán en los próximos meses. A esto se suma el importante ahorro generado por las familias en los últimos 15 meses y unos tipos de interés aún en mínimos” y adjudica esta rebaja media del 7,8% a la costumbre española de dar por hecho que el comprador pedirá una rebaja, y anticiparse a ello marcando un precio por encima del valor de la vivienda.