Estar cerca de servicios esenciales y tener conexión a internet son los principales requisitos que piden a una zona rural aquellos que van a mudarse a una o que les gustaría hacerlo. Un cambio de vida que van a realizar, sobre todo, particulares que tienen entre 35 y 44 años y que viven con su pareja y sus hijos. Esta es una de las principales conclusiones del “Análisis sobre la España Vaciada” realizado por el portal inmobiliario Fotocasa
Según los datos de Fotocasa Research, seis de cada diez personas que están buscando casa —considerando como tales a las que han realizado alguna acción de demanda de alquiler o de compra en los últimos 12 meses—tienen intención de mudarse a un pueblo o, al menos, les gusta la idea. Así, un 5% asegura que va a trasladarse a una zona rural en los próximos meses y teletrabajará desde allí; un 6% va a dar este paso gracias a un cambio de trabajo; y, por último, un 50% afirma que, aunque le gusta la idea de irse a vivir a una zona rural, no tiene planes o posibilidad de hacerlo.
Un cambio de vida que la mayoría de ellos prefiere o preferiría hacer en un pueblo que tenga 1.000 habitantes o más. Concretamente, son el 66 % los que se decantan por este tamaño. Sin embargo, la opción que menos interés despierta es la de las localidades más pequeñas: solo uno de cada diez elegiría un pueblo de 100 habitantes o menos para vivir.
“El centro de las grandes ciudades acoge cada vez a más y más vecinos, lo que ocasiona que estas zonas sean foco de gran contaminación acústica y medioambiental. Es por ello, que a raíz de la pandemia comienza a detectarse un cambio tendencial en los requisitos y necesidades habitacionales de los ciudadanos que buscan zonas de más contacto con la naturaleza, relacionadas con la búsqueda de tranquilidad y bienestar, que puedan llegar a aumentar su calidad de vida. Sin embargo, la mayoría de estas zonas más periféricas y rurales están escasas de acondicionamientos necesarios para poder desenvolver trabajos telemáticos con normalidad. Lo que supone un gran obstáculo para que los ciudadanos puedan instalar su residencia habitual en el pueblo”, comenta María Matos, directora de Estudios y portavoz de Fotocasa.
Los servicios esenciales, requisito importante para el 85%
Pero, aparte del tamaño de la localidad, hay otras características o condicionantes que se tienen en cuenta a la hora de tomar la decisión de irse a vivir a una zona rural y de elegir el emplazamiento exacto en el que asentarse.
En este sentido, el 85 % de estos demandantes de vivienda que se van a trasladar o que aspiran a hacerlo algún día a una zona rural busca que el pueblo esté a una distancia razonable de servicios esenciales (centros sanitarios, colegios, institutos, etc.).
Otra de las claves reside en las telecomunicaciones: un 78 % incluye entre sus requisitos que la localidad cuente con conexión a internet o fibra óptica. También las infraestructuras de transporte y las conexiones son muy importantes: siete de cada diez buscan que esté a una distancia razonable de infraestructuras de transporte como trenes, autovía o autobuses y que tenga buena conexión con una capital de provincia o cabecera comarcal.
Estas personas, en función de su edad, dan mayor o menor importancia a cada una de estas características. Así, entre los jóvenes demandantes que tienen entre 25 y 34 años y que van a trasladarse a un pueblo o que, al menos, les gustaría hacerlo pesa más la conexión a internet. El 84% de ellos hace referencia a esta cuestión, mientras que entre el conjunto de particulares con planes o interés por hacer este cambio de vida son un 78%.
También las opciones de ocio en las proximidades de la localidad pesan más entre los estratos de menor edad. De hecho, hasta los 34 años casi un 60 % señala este requisito y entre los 35 y los 54 años son el 50%. Sin embargo, entre los 55 y 75 años solo un 30 % menciona esta característica.
A partir de los 45 años también se valora más el clima y la búsqueda de temperaturas más moderadas. De hecho, es un requisito para el 40% de los que tienen 45 y 54 años y para el 45 % de los que tienen entre 55 y 75 años.
Si estas diferencias se analizan, en lugar de por edades, por territorios, el resultado es que entre los catalanes pesa más el hecho de que esté a una distancia razonable de las infraestructuras de transporte (78%), entre los andaluces las conexiones con capitales de provincia o cabeceras comarcales (80%) y entre los madrileños las posibilidades de ocio cercano (61%).
Los que se quieren mudar a una zona rural son más realistas
Al margen de los puntos de vista propios de la edad y del lugar en el que se reside, una buena forma de valorar cuáles son los requisitos que debe tener una zona rural para decidir irse a vivir allí es distinguir entre aquellos que tienen planes efectivos y los que simplemente tienen interés por ello.
Como es lógico, el primer grupo, el que ya ha tomado la decisión de marcharse a un pueblo, está compuesto por personas que han analizado de manera más minuciosa todos los pros y contras de cada ubicación.
De hecho, lo que reflejan los datos es que este segmento tiene una actitud más realista. Esto no significa que renuncien a tener ciertas comodidades o servicios, pero son más conscientes de las limitaciones que pueden existir en zonas rurales. Sin embargo, aquellos que simplemente fantasean con la idea de cambiar su residencia a un pueblo son más exigentes con respecto a lo que esperan de una zona rural.
Así, mientras que un 73% de los que tienen planes reales valora que esté a una distancia razonable de servicios esenciales, un 88% de los que aspiran a hacer este cambio de vida marca este requisito. Lo mismo sucede, por ejemplo, con el hecho de disponer conexión a internet o fibra óptica: entre quienes se van a trasladar en los próximos meses a una zona rural, hay un 70% que señala este requisito. Sin embargo, entre aquellos a los que le gustaría mudarse son el 80%.
A pesar de esto, hay algunas cuestiones que tienen más en cuenta los que van a trasladarse próximamente a una zona rural que aquellos que, aunque no tienen planes, sí les gustaría hacerlo.
Por ejemplo, valoran más que esté en una zona con temperaturas moderadas (43% frente al 32% de los aspirantes) o que se ubique en una zona en la que han veraneado o vivido anteriormente (son el 34% frente al 12% de los aspirantes).