Más balcones, más terrazas y más espacios abiertos. El miedo al encierro ha calado de forma espectacular en las personas, cambiando los hábitos de consumo de los españoles. La vivienda que se demanda en pandemia huye de los espacios pequeños con buena situación y se decanta por la comodidad que ofrece un espacio, que no solo es de pernocta sino también de convivencia e incluso de trabajo.
Una situación, que, con el fin de la pandemia, podría revertirse, aunque estas preferencias han tenido mucho calado en los compradores. “La situación tenderá a estabilizarse si se pasa la pandemia, porque después de este acontecimiento las cosas poco a poco volverán a su cauce y la demanda ira adaptándose a otras necesidades que van apareciendo en el futuro”, explica Valentín Rodríguez Alonso, vocal del Consejo General de COAPI España.
El experto advierte de que, aunque las preferencias de consumo se hayan formulado en torno a espacios más amplios y al aire libre, “no todos los clientes pueden permitirse una casa grande con jardín”. Rodríguez explica que estas viviendas, “están en zonas muy bien situadas o son chalets, lo que supone un alto coste y muchas familias no pueden adquirirlas”.
A pesar de ello, el experto es claro con el valor añadido que supone una vivienda con espacios abiertos. “A un precio similar el mercado prefiere una vivienda con espacios abiertos”, asegura.
¿Qué pasará con la vivienda sin balcón?
“Las viviendas que se han promocionado en los últimos años están situadas en las afueras de las ciudades, donde se construyeron muchos edificios nuevos sin balcones debido al alto precio en el que se ofertaban las viviendas”, señala el experto, quien añade que las viviendas con balcón, “se hallan situadas en zonas céntricas o semi céntricas de casi todas las ciudades”.
En opinión de Rodríguez, las viviendas sin espacios abiertos serán demandadas por “inversores que las adquieran para integrarlas en el mercado de alquiler” y por particulares que las vayan a usar como primera vivienda.
El experto apunta a que, “debido al coronavirus y la caída del turismo”, habrá un trasvase del alquiler turístico al alquiler residencial. “Este trasvase será transitorio y dependerá de las dinámicas de evolución de la pandemia”, señala.
Por último, Rodríguez asegura que, a pesar de que en este momento la existencia de espacio abierto es un factor determinante, en el futuro seguirá primando el principio de ubicación del inmueble. “La ubicación es el elemento más determinante para establecer el precio de una vivienda”, apunta.
Aunque, tal y como opina el experto, el valor añadido de la terraza estará muy presente en la decisión de compra de los clientes. “Evidentemente si tenemos que elegir entre dos viviendas en zonas similares, una con espacios abiertos y otra que carezca de ellos se venderá mejor la que cuente con balcones o terrazas”, añade.