El mecanismo para topar el precio del gas para la generación eléctrica aspira a reducir la inflación a finales de año a niveles entre el 5 o 6%, además de aportar un ahorro considerable a los consumidores de energía.
Así lo estiman fuentes gubernamentales para recalcar también que se emprenderá una reforma para calcular la tarifa del mercado regulado, el denominado precio voluntario para el pequeño consumidor (PVPC), con el objetivo de aportar mayor estabilidad, para lo cual se mira sobre todo al modelo portugués.
El Ejecutivo ya publicó este sábado el Real Decreto-Ley por el que se establece el mecanismo para topar el gas a una media de 48,8 euros por megavatio/hora (MWh) durante un periodo de doce meses, cubriendo así el próximo invierno, periodo en el que los precios de la energía son más caros.
Una limitación que el Ejecutivo ya quiso introducir en el decreto anticrisis pero era “inexcusable” al visto bueno de Bruselas, en lo que se ha denominado la “excepción ibérica” y que supondrá, con efecto inmediato, una bajada de la luz para gran parte de la industria (sobre un 80% del tejido productivo) y los consumidores del mercado regulado.
En el caso del cliente en el mercado libre, las mismas fuentes recalcan que su efecto se espaciará de forma gradual, al notarse cuando se realicen las renovaciones de contrato de forma anual.
Atajar la deriva al alza de la inflación
En sectores del Ejecutivo expresan su satisfacción por la autorización de esta limitación al precio del gas, tras una “negociación sensata” con la Comisión Europea que permite desplegar durante seis meses un precio máximo de 40 euros, que garantiza una media que permite una gran reducción de la factura, aunque es menos ambiciosa de la promulgada por Podemos, que apostó desde hace meses por topar el gas y poner una franja de 30 euros.
Pero aparte de esos efectos en el recibo de la luz, desde el Ejecutivo de coalición subrayan la relevancia de esta medida para reducir la inflación, evitando así alcanzar niveles de dos dígitos, algo que se llegó a rozar por la crisis derivada por la crisis de Ucrania, y poder a lo largo del ejercicio bajar la tendencia de los precios. De esta forma, el objetivo que estiman desde sectores gubernamentales es poder terminar el año en una horquilla entre el 5 y el 6%.
Modelo portugués para la reforma del precio PVPC
Pero también detallan que el acuerdo con Bruselas entraña otro aspecto, que es la reforma a la hora de fijar la tarifa del mercado regulado de cara a 2023, para separarla de la cotización horaria del mercado mayorista de electricidad.
Un aspecto que, para estas fuentes, también es positivo porque otorgará capacidad para “reducir la volatilidad” del precio para este segmento de consumidores, contemplando una media estable en las tarifas sin las oscilaciones trimestrales, como pasa actualmente.
En cualquier caso, para estos sectores gubernamentales la reforma de la tarifa PVPC siempre garantizará precios más bajos que el mercado libre y apuntan al modelo portugués como espejo para acometer estos cambios, propiciando un patrón más estable para el recibo de estos consumidores. La idea, por tanto, es poder aplicar esta reforma a final de año y tenerla diseñada de cara en torno a otoño.
A su vez, las fuentes consultadas enfatizan que desacoplar el precio del gas del resto de tecnologías de generación implica la minoración de los ‘beneficios caídos’ del cielo a las eléctricas, al atajar un porcentaje fuerte de esa sobrerretribución ligada al gas.
Por ello, detallan que las compensaciones a las centrales de ciclo combinado tienen sentido y compensa, dado que siempre será bastante inferior a la reducción del coste total y al ahorro neto que se logra con el tope al gas.