La imagen pública de las empresas inmobiliarias sigue en índices preocupantes, y su recuperación es lenta e insuficiente. Es la conclusión principal del informe ‘La reputación de las empresas inmobiliarias’, elaborado por SIMA a partir de más de 500 entrevistas realizadas a los visitantes del Salón Inmobiliario de Madrid. Es decir, se trata de las opiniones de quienes están buscando una vivienda, bien como residencia habitual, de tipo vacacional o como inversión. Y los resultados no son buenos.
Cinco factores de peso
Para la realización del estudio se pidió a los entrevistados que valoraran cinco factores clave para la reputación de las empresas inmobiliarias: la confianza (si son empresas en las que se puede confiar), la transparencia (si ofrecen toda la información a sus clientes, sin ocultar lo malo), la responsabilidad (con la sociedad, sus trabajadores, el medio ambiente y si participan en acciones solidarias), la honestidad (cumplen sus compromisos con sus clientes y resuelven las incidencias) y la profesionalidad (conocen el servicio que prestan y lo hacen correctamente). Solo este último factor consigue un aprobado.
Principales resultados
La conclusión general es que la imagen pública del sector inmobiliario se recupera mínimamente, pero de manera muy lenta e insuficiente. La valoración global de todos los factores analizados es de un 4,8 sobre diez, un par de décimas más que en 2017 y ya casi raspando el aprobado, pero muy lejos de una cifra claramente positiva. Es la misma nota que se obtiene cuando se les pregunta por la confianza que despiertan estas empresas. La transparencia apenas logra un 4, la honestidad un 4,6, la responsabilidad un 4,4 y la profesionalidad un 5,9.
Las actitudes negativas se agravan, además, entre quienes se manifiestan insatisfechos en el proceso de búsqueda de una vivienda, mientras que quienes sí que han encontrado lo que buscaban valoraron todos estos factores de manera algo más positiva.
El peso de la percepción del pasado
Tal y como señala el informe, “la transparencia es, con diferencia, la principal debilidad que presenta la reputación de las empresas inmobiliarias”. No solo obtiene la nota más baja, sino que es el factor que acumula mayor cantidad de valoraciones claramente negativas.
Aspectos como la responsabilidad y la honestidad han aumentado ligeramente, con lo que se puede interpretar que “el público percibe los cambios operados en los últimos años en el comportamiento y en la cultura de las emprsesas inmobiliarias, pero no parecen juzgarlos como suficientes”.
Entre las causas de esta dificultad para cambiar la percepción generalizada se citan un déficit en la comunicación, que se vea como un cambio puntual pero aún no extensible al conjunto del sector y el lastre que suponen la percepción y los prejuicios pasados.