La presidenta del Banco Central Europeo (BCE), Christine Lagarde, ha puesto por primera vez sobre la mesa la posibilidad de que la entidad no suba los tipos en su próxima reunión, que se celebrará en septiembre, aunque ha subrayado que el Consejo de Gobierno tomará su decisión final en función de los datos.
“Tenemos la mente abierta en cuanto a cuáles serán las decisiones en septiembre y en reuniones posteriores, así que podríamos subir, y podríamos mantener, y lo que se decida en septiembre no es definitivo. Puede variar de una reunión a otra”, ha señalado la francesa en la rueda de prensa posterior a la reunión del Consejo de Gobierno del BCE, que decidió elevar el precio del dinero en otros 25 puntos básicos.
De este modo, Lagarde ha abierto por primera vez desde que el BCE iniciase en julio del año pasado el actual ciclo de subidas de tipos la posibilidad de pausar la secuencia de alzas del precio del dinero, después de nueve reuniones consecutivas elevando las tasas, que han aumentado en 425 puntos en apenas un año.
En este sentido, la presidenta del BCE ha recordado que en la reunión de septiembre el Consejo de Gobierno dispondrá de más información sobre cómo está ocurriendo la transmisión de la política monetaria, así como nuevas lecturas de la evolución de la inflación, y sobre la base de los datos “determinará si subir o no”. “Lo que les puedo asegurar es que no vamos a bajar”, ha bromeado Lagarde.
El cualquier caso, la banquera central de la eurozona ha advertido de que, si finalmente se decidiera una pausa en las subidas de tipos, esto no necesariamente sería por un período prolongado de tiempo ya que las decisiones se adoptarán reunión a reunión. “Y eso se repetirá en cada Consejo de Gobierno”, ha repetido la francesa, subrayando la determinación del BCE de “romperle la espalda a la inflación”.
De este modo, al ser cuestionada sobre cuánto terreno le queda por recorrer al BCE en el ciclo de subidas, la presidenta de la institución ha variado su discurso de los últimos meses para incidir en que esto vendrá indicado por los datos, algo que puede variar de un mes a otro.
En este sentido, ha defendido los progresos realizados hasta la fecha, recordando que la inflación ha venido disminuyendo desde la lectura récord del 10,6% el pasado mes de octubre, hasta el 5,5% en junio, aunque ha subrayado que el BCE aún no se conforma ni declara su victoria sobre la inflación.
“Sabemos que estamos cada vez más cerca, pero también sabemos que las opciones sobre la mesa son seguir subiendo o aguantar”, ha explicado. “Existe la posibilidad de una subida. Existe la posibilidad de una pausa (…) La carga de la prueba estará en los datos”, ha reiterado Lagarde, subrayando que “el 2% es la meta y lo lograremos, pase lo que pase”.
Buenos datos de España
Por otro lado, Lagarde ha destacado que los recientes datos de España de inflación, desempleo y crecimiento demuestran “la belleza de Europa y la heterogeneidad entre los 20 países de la zona euro”, aunque no ha dudado en calificar que se trata de un buen conjunto de cifras para el país.
“Obviamente, las cifras que vemos ahora para España con una inflación que tiende hacia el 2% y, con suerte, de manera sostenible, además de las cifras de desempleo más bajas que nunca, son un buen conjunto de cifras para el país y para la economía en general“, ha destacado.
No obstante, ha recordado que la situación no es igual en todos los miembros de la eurozona, ya que hay países donde la inflación sigue siendo muy alta y se espera que permanezca alta por más tiempo, por lo que es necesario permanecer atentos a los datos agregados.
“Son los que están impulsando nuestra perspectiva de inflación, que nos están ayudando a determinar nuestra política, pero también tenemos que mirar a cada miembro”, ha explicado Lagarde, apostillando que “la carga de la prueba va a estar en los datos”.