Tras un 2021 dulce y con cifras de compraventa de vivienda que hacía más de 14 años que no se alcanzaban, el paradigma del sector inmobiliario empieza a cambiar. En un contexto marcado por la inflación, los altos precios de la energía y la subida de los tipos de interés han provocado que la vivienda se posicione como un valor refugio. Y es que es un hecho que España ha sido tradicionalmente un país de propietarios y el inmueble siempre ha sido un activo que ha canalizado el ahorro de los particulares.

Nos encontramos ante un periodo sostenido de inflación, y, por ende, ante una subida de precios. Iñaki Unsain, personal shopper inmobiliario y presidente de la Asociación Española de Personal Shopper Inmobiliario (AEPSI), prevé que la vivienda de inversión para el alquiler subirá en torno a un 5% durante el 2022. “Las causantes son la inflación, una fuerte demanda de alquiler del mercado extranjero y la dificultad de la gente joven para comprar y, que a su vez, tienen que optar por el alquiler”, explica el experto.

“En un escenario en el que los tipos de interés son todavía bajos, invertir en vivienda otorgará una alta seguridad y una buena rentabilidad que, actualmente, se encuentra entre el 4% y el 6%”, según explica Unsain.

Por ese motivo, la inversión en vivienda se presenta como una solución favorable para garantizar protección ante las subidas de precios. Unsain destaca que “si queremos asegurar una buena rentabilidad futura es importante comprar cuanto antes”. Sin embargo, explica que es indispensable contar con el asesoramiento de un profesional que conozca de primera mano el mercado inmobiliario.

Desaceleración de operaciones de compraventa

El encarecimiento de las materias primas también han provocado una falta de oferta en cuanto a obra nueva se refiere. Además, Iñaki Unsain advierte que “veremos una reducción en el número de operaciones en la segunda mitad de 2022 y probablemente durante el próximo año 2023”. No obstante, el PSI niega que nos encontremos ante los niveles de endeudamiento de 2007.