En el sector inmobiliario, como en todos, se cometen errores.
Pero además de los fallos fortuitos, en ocasiones, se producen actuaciones poco éticas hechas de forma perfectamente consciente. Lo sé porque en los cursos de Fotocasa Academy que imparto son los propios agentes inmobiliarios los que me cuentan ejemplos de malas praxis.
Esos comportamientos fueron uno de los factores que, indirectamente, provocaron la crisis de la que solo ahora, una década después, el sector inmobiliario comienza a salir. Y parece que no todos hemos aprendido la lección. La actual bonanza, aún moderada pero creciente, está trayendo de vuelta algunos de esos comportamientos tóxicos.
Ante estas acciones, ¿qué se puede hacer? No es fácil, pero si en tu agencia se trabaja de forma profesional y honesta, no te avergüences de ello. Muy al contrario: siéntete orgulloso y manifiéstalo a quien esté dispuesto a oírlo. Si trabajas no solo en favor de tu negocio, sino también de la sociedad, déjalo claro: porque es el mejor modo de retratar a quien no lo hace.
En este mismo blog hemos hablado ya de la Misión, Visión y Valores de las agencias inmobiliarias: ese retrato honesto en el que se pone en claro a qué aspira la empresa y qué caminos no está dispuesta a tomar para conseguirlo. La Responsabilidad Social Corporativa (RSC) es un paso más en esta línea.
No es cuestión de tamaño
El argumento de que eso no se puede hacer en una empresa tan pequeña como una agencia de barrio es una mera excusa. Es cierto que estamos acostumbrados a oír hablar de la RSC de las grandes compañías, las que cotizan en el Ibex y tienen miles de empleados. Pero cualquier pyme puede y debe asumir este reto.
En primer lugar, porque los propios empleados lo agradecerán: un 82% de los trabajadores de las pymes valoran positivamente la ética y la Responsabilidad Social Corporativa en sus organizaciones, según señala la revista Compromiso Empresarial, basándose en un estudio de la Universidad Pontificia Comillas ICAI-ICADE.
Pero además, definir la Responsabilidad Social Corporativa y cumplirla es un modo de diferenciarse del resto de agencias. Considerar los factores sociales y ambientales de nuestra actividad, y no solo los económicos, es el modo avanzar en competitividad y sostenibilidad. La sociedad, la clientela potencial, está cada vez más concienciada y las empresas que sepan posicionarse en este escenario tendrán mejores cartas con las que jugar
Y, por último, está el factor colectivo. Como decíamos al principio, ha sido muy difícil para el sector inmobiliario recuperar la confianza de la sociedad tras lo que sucedió hace una década. Entre todos hemos conseguido, gracias a un trabajo eficiente y la mejora continua, que nuestra actividad tenga el posicionamiento positivo que se merece.
Demos a la sociedad, mediante políticas de Responsabilidad Social Corporativa, más motivos por los que confiar en todos nosotros. Si hemos limpiado las manchas de nuestro pasado, ahora nos toca mantenernos impolutos.