Con motivo del Día Internacional de la Mujer el portal inmobiliario Fotocasa ha querido trazar una radiografía de la participación de la mujer en el mercado de la compra de vivienda. Así, en el análisis se destaca que entre los que han comprado una vivienda o pretendido hacerlo, hay un 48 % de mujeres y un 52 % de hombres. Se trata de un reparto significativamente diferente y mucho más equilibrado que en el año anterior, cuando un 58 % eran hombres y un 42 % eran mujeres. Por lo tanto, podemos decir que la pandemia ha impulsado el número de compradoras. Es una de las principales conclusiones que se extraen del informe “Experiencia en compra y venta en 2021” realizado por Fotocasa Research.
A la hora de caracterizar a las personas que participan en el mercado de la vivienda en propiedad no es lo mismo hablar de los que se encuentran en la parte de compra que los que están en la de venta. Cada grupo tiene un perfil sociodemográfico concreto.
Por ejemplo, los compradores tienen, de media, 42 años. Una cifra que se ubica dentro del estrato que agrupa a la mayor parte de los compradores o potenciales compradores: el 31 % tiene entre 35 y 44 años. Seguidamente, el grupo más numeroso es el de los jóvenes de 25 a 34 años, que representan un 26 % de los demandantes de vivienda en propiedad. Con respecto a su lugar de residencia, lo más frecuente es que vivan en la Comunidad de Madrid (20 %) o en Andalucía (19 %).
Uno de cada dos de estos compradores (o aspirantes a serlo) tiene unos ingresos brutos familiares mensuales que no superan los 2.500 €. Y, como consecuencia lógica del aumento de la demanda por comprar vivienda, la composición de este colectivo se ha diversificado en términos socioeconómicos: los estratos medio bajos y bajos han ganado cierto protagonismo (17 %), aunque siguen siendo los altos y medio-altos los que tienen más peso (46 %) en el conjunto de compradores —entendiendo como tales a los que compran o han intentado comprar—.
Por último, la situación de convivencia más habitual entre los compradores es la de compartir casa con pareja e hijos (40 %). Además, han incrementado de manera estadísticamente significativa los compradores que viven solos: son el 13 % frente al 7% del año pasado.
Vendedores: un perfil consolidado
Si se observa el perfil sociodemográfico de los vendedores, el primer dato que llama la atención es que el 64 % son hombres, frente al 36 % de mujeres. Por lo que se refiere a la edad, los vendedores tienen, de media, 52 años.
El grueso de vendedores —entendiendo como tales a los particulares que han vendido o intentado vender en los últimos doce meses— se concentra en la franja de edad que comprende los 55 y los 75 años: el 57 % de los oferentes de vivienda en propiedad se ubican en este segmento.
El 21% reside en Andalucía y el 13 % en las Comunidades de Madrid y Valencia. Un 59 % de los vendedores tiene unos ingresos familiares brutos mensuales inferiores a los 2.500 €. En cuanto a su situación de convivencia, lo más habitual es que comparten casa con su pareja e hijos (35 %) o solo con su pareja (27 %). Asimismo, con respecto a 2020 han aumentado significativamente los vendedores que viven solos: 7 % entonces frente al 19 % en febrero de 2021.
Todas estas características apenas suponen cambios con respecto al perfil de los años anteriores: la pandemia no ha supuesto cambios sustanciales sobre cómo es el colectivo de quienes venden o intentan vender una vivienda de su propiedad.
Diferencias entre ambos perfiles
Como es esperable, los compradores y vendedores —lleguen o no a completar la operación que pretendían— tienen necesidades distintas y, por lo tanto, corresponden a perfiles sociodemográficos diferentes. Por ejemplo, aunque en ambos casos haya más hombres que mujeres, entre los vendedores la diferencia es mucho más acentuada, ya que el 64 % son hombres. Sin embargo, entre los compradores hay un 52 % de hombres.
También hay una clara diferencia de edad entre un colectivo y otro: los ofertantes tienen, de media, 10 años más que los demandantes. Así, la media de edad entre los vendedores es de 52 años frente a los 42 años de los compradores.
Por otro lado, existen diferencias relacionadas con su nivel de ingresos. Así, hay más compradores que superan unos ingresos familiares brutos mensuales de 2500€: es algo que le sucede al 34 % de demandantes frente al 25 % de vendedores.
Es un dato contrario a lo que nos dice la intuición. Pero tiene lógica si se considera que un particular que vende su piso para aspirar a otro mejor tiene, en términos sociodemográficos, el mismo peso que un gran tenedor que invierte y opera a la vez con varios inmuebles de su propiedad y que siempre está activo en el mercado.