La imagen que percibe la sociedad del sector inmobiliario no es demasiado positiva. Aún permanecen en su mente los errores cometidos antes de la crisis de 2008 y quizá no hemos dado la suficiente visibilidad a la ciudadanía del cambio realizado por los profesionales desde entonces.
Hemos hecho un gran trabajo comunicando desde dentro, es decir, de inmobiliarios a inmobiliarios, la necesidad de ofrecer un servicio de calidad a nuestros clientes y las ventajas que obtienen a la hora de contratarnos. Es momento de empezar a comunicarlo hacia fuera y que se conozca todo el valor que aportamos a la hora de comprar o vender una vivienda.
Beneficios de mejorar nuestra reputación
Quizá debido a nuestra educación nos cuesta hacer ver que realmente somos útiles y necesarios para que las operaciones inmobiliarias culminen de la mejor manera posible, evitando y solucionando los posibles inconvenientes y reduciendo los tiempos. Pero, además, mejorar nuestra reputación tiene otros beneficios directos en nuestro día a día.
Eliminar la imagen de especuladores
Seguro que todos los que estamos leyendo este post nos hemos visto involucrados en una conversación en la que se pone de relieve que todos los que nos dedicamos al sector inmobiliario somos unos meros especuladores.
Sin embargo, sabemos que los buenos profesionales no sobrevaloramos las viviendas, sino que tratamos que nuestros clientes realicen una operación justa y tanto comprador como vendedor tengan la sensación de que la negociación ha sido un éxito.
Y es que los propietarios quieren vender al mayor precio posible y los compradores quieren ahorrarse el máximo posible. Sin embargo, los inmobiliarios sabemos que un inmueble con un precio por encima de mercado será muy difícil que se venda. Por otro lado, cuando el precio es bajo generará muchos contactos, pero no será justo para el propietario.
Nuestra misión es buscar un precio justo de mercado, en el que el vendedor se sienta satisfecho por la venta realizada y el comprador, además de tener ese mismo sentimiento, no tenga problemas a la hora de tasar la vivienda y conseguir la financiación para poder realizar la compra.
Por eso es tan importante no sobrevalorar la vivienda sumando nuestros honorarios al precio de venta del inmueble, sino que deben estar integrados en ese mismo importe, a pesar de que otros inmobiliarios lo hagan.
Somos conscientes de que conseguir el encargo de venta de un cliente vendedor es más que complicado, pero aunque sumemos nuestros honorarios al importe que desea conseguir el propietario sabemos que a futuro habrá que bajar el precio. Por tanto, es mucho más positivo tratar de negociar desde el principio el precio más realista por el que se puede iniciar la comercialización de la vivienda que se va a vender.
Debemos identificar cuáles son las necesidades del propietario y comentar las ventajas de posicionar un inmueble a precio y cuáles son las consecuencias de si se incrementa el precio de cara a la venta de la vivienda.
Atracción de clientes
Eliminando la imagen de especuladores y haciendo las cosas bien los clientes, tanto propietarios como compradores, nos tendrán mucho más en cuenta en el momento que tengan la necesidad tanto de comprar como de vender o alquilar.
En ocasiones, ni nosotros mismos somos capaces de trasladar por qué somos realmente útiles cuando llega ese momento en el que alguien pone a la venta o desea adquirir una vivienda. ¿Qué valor aportamos? ¿Qué acciones ponemos en marcha para ayudar a un cliente? ¿Qué problemas se pueden encontrar y cómo los solucionamos?
Son varias las respuestas a estas preguntas, pero podemos resumirlas en una: poner al cliente en el centro. Si solo nos centramos en la vivienda, nuestro negocio se basará en conseguir interesados o leads para poder realizar las visitas. Pero si nos centramos en el vendedor hablaremos de todos los servicios de los que disponemos para conseguir satisfacer su necesidad y superar su expectativa.
Hablaremos entonces de servicios relacionados con el marketing, pero también de asesoramiento, acompañamiento, negociación, tramitación de documentación, servicios legales y fiscales, de posventa, etc. Según el momento del proceso en el que se encuentre el propietario o el comprador requerirá de unos servicios u otros y eso es lo que debemos poner en relevancia.
No podemos argumentar de la misma forma cómo vamos a ayudar a todos nuestros clientes. Cada uno de ellos es distinto y dará más importancia a lo que realmente da solución al problema con el que se encuentra.
Tomar parte de las decisiones
Un tercer punto que no podemos olvidar es que cuando mejora nuestra reputación en la sociedad también se nos tiene más en cuenta a la hora de tomar ciertas decisiones. Esto lo hemos visto, por ejemplo, ante cambios laborales que afectan a toda la sociedad en los que se negocia tanto con la patronal como con sindicatos.
Sin embargo, algo que reclaman distintos segmentos del sector es la falta de diálogo ante cambios que tienen que ver con el mercado de la vivienda. Sin duda, nuestro conocimiento y experiencia son más que suficientes a la hora de realizar distintas propuestas ante posibles cambios que afecten al sector inmobiliario.
Quizá debido a esa mala reputación hasta este momento no hemos sido escuchados. Por eso es importante hacer todo lo posible para cambiar esta imagen y también unirnos tanto constructores, como promotores, intermediarios y agentes inmobiliarios para tener una mayor fuerza y así conseguir que, al menos, nuestras propuestas se escuchen para que todos los ciudadanos puedan acceder a una vivienda.
Como vemos una mejora de la reputación tiene grandes beneficios para nosotros, pero también para la sociedad. Para ello, una buena formación es esencial y en Fotocasa Pro Academy puedes encontrar tanto webinars en directo como grabaciones de distintos temas relacionados con el día a día de un inmobiliario.
Pongamos entre todos nuestro granito de arena para conseguirlo.