La agrupación de fabricantes de cemento Oficemen prevé recuperar este año prácticamente toda la actividad perdida a raíz de la pandemia de coronavirus y alcanzar el año que viene los mayores registros de demanda de cemento de la última década.
Hasta agosto, el consumo ha crecido un 13% respecto al mismo periodo del año pasado, hasta las 9,58 millones de toneladas, lo que supone una cifra tan solo un 2% inferior a la que se registraba antes del estallido de la crisis sanitaria.
El alza media en 2021 será del 9% respecto a 2020 y rozará el consumo de 2019, gracias a algunos indicadores económicos como el ascenso de las licitaciones de obra pública o en la edificación residencial.
Sin embargo, el empujón definitivo llegará en 2022, cuando la recepción de los fondos europeos, y el impacto que tendré en la obra civil, sobre todo en las infraestructuras de medioambiente y agua, provocará un aumento del consumo de cemento de entre el 3% y el 5%, hasta máximos de los últimos diez años.
Las licitaciones de infraestructuras de medioambiente y agua ya muestran tasas de crecimiento cercanas al 1.000% y la obra civil ya concentra del 50% de todo el consumo de cemento. Aún así, el sector residencial también apoyará el crecimiento, con 107.500 visados de obra en 2022, un 6,5% más.
Impacto del precio eléctrico
Ante estas buenas perspectivas, uno de los elementos que más está jugando en contra del sector es el del precio de la electricidad, que día tras día marca nuevos récord históricos, siendo la industria cementera una de las más afectadas.
En la actualidad, los costes energéticos suponen el 42% de sus costes variables de producción, que se han incrementado en 12 puntos desde el inicio de la escalada del precio eléctrico. A esto se une, además, el coste de los derechos de emisión de CO2, cuyo precio se ha duplicado en el último año, hasta alcanzar los 61,37 euros por tonelada actuales.
Ante esta coyuntura, el presidente de Oficemen, José Manuel Cascajero, ha señalado en un acto con periodistas que se trata de una situación “complicada” para el sector y que está “estresando las cuentas de resultados de las compañías”.
Además, el director general de la patronal, Aniceto Zaragoza, advierte que el precio del CO2, a diferencia del precio de la energía, no es coyuntural, por lo que cree que hay que revisar la legislación y acometer una reforma estructural del sistema.