Las operaciones de suelo en España alcanzarán este año las 19.000 transacciones, lo que supondrá un incremento del 15% respecto al año pasado, alcanzando unos niveles próximos a los que se registraban en 2019, antes de la crisis sanitaria.

La demanda será activa especialmente en la obra nueva, según un informe elaborado por Servihabitat, un segmento que se prevé que supere las 60.000 operaciones e irá acompañado del elevado interés inversor en el conjunto del sector inmobiliario.

“Estamos frente a un futuro apasionante donde la especialización, el profundo conocimiento territorial, el mayor protagonismo de la tecnología y la industrialización en el proceso constructivo configuran los elementos clave necesarios para alcanzar una gestión urbanística y de promoción ágil, capaz de dar respuesta a las necesidades del mercado”, asegura el consejero delegado de Servihabitat, Iheb Nafaa.

La intención de compra de una vivienda sigue avanzando, situándose en torno al 8%, por lo que todo apunta a que se necesitará potenciar una oferta capaz de dar respuesta a una demanda creciente para mantener la estabilidad del mercado.

Por su parte, el stock de suelo finalista se está reduciendo notablemente en ciudades como Madrid, donde ha bajado un 8%, y Barcelona, con una reducción del 17%, con elevada demanda, por lo que la necesidad de aumentar la disponibilidad de suelo para arrancar el desarrollo de nuevos proyectos resulta “clave” para abordar la situación actual.

A cierre de 2021 se espera que haya más de 83.000 viviendas finalizadas, lo que supondrá un aumento del 4% con respecto a 2020, gracias a que el sector promotor ha podido mantener las viviendas que se encuentran en fase de desarrollo.

En el inicio de nuevos proyectos, el informe sí que apunta a que habrá cierto freno, consecuencia de la cautela que está tomando el sector promotor ante la presión creciente en términos financieros.

De esta forma, las previsiones apuntan a que el precio del suelo se mantendrá estable en 2021, con una disminución cercana al 1%, tras el ajuste experimentado en 2020, cuando el valor se situó en los 146 euros el metro cuadrados.

A pesar de esta estabilidad, existen ciertas zonas ‘prime’ con escasez de suelo finalista y una demanda elevada que podrán experimentar precios al alza.