El 52% de los directivos del sector inmobiliario europeo confía en el crecimiento de sus negocios en 2022, casi 30 puntos más que el año pasado y 27 más que en 2020, al mismo tiempo que el 49% espera que las rentabilidad crezcan, con solo un 11% esperando que sean menores.
Así se desprende de un estudio elaborado por PwC y Urban Land Institute a partir de 844 entrevistas con los principales agentes de la industria, incluyendo compañías inmobiliarias, fondos, inversores institucionales y entidades financieras.
Frente al optimismo, lo directivos citan una serie de amenazas externas que pueden poner en peligro ese crecimiento, como son los ciberataques, para 67% de los encuestados, la inflación (59%), el endurecimiento de la política monetaria (55%) y la interrupción de la operativa de sus negocios (55%) como consecuencia de los problemas en las cadenas de suministros.
Desde una perspectiva interna, estas amenazas son, para el 88% de los participantes en el informe, el incremento de los costes y de los materiales de construcción, la escasez de activos atractivos para el desarrollo o la compra (66%) y, finalmente, el aumento de las exigencias en materia de sostenibilidad y descarbonización en la industria (61%).
Este año, los inversores prestarán especial atención a los segmentos alternativos del inmobiliario, es decir, los ajenos a oficinas, retail e industrial, como son las nuevas infraestructuras de energía, las instalaciones relacionadas con las ciencias de la salud y los centros logísticos y de datos.
Por el contrario, los centros comerciales, tanto en los centros urbanos como en las afueras, las tiendas en los centros de las ciudades, las oficinas en las afueras, los aparcamientos y los hoteles, se sitúan en la parte baja de las preferencias de los inversores europeos.
Ciudades favoritas
El informe también incluye una clasificación con las perspectivas de inversión en 31 grandes capitales europeas, en la que Londres sube una posición y se convierte en la más deseada, gracias a que presenta buenas expectativas tanto para el desarrollo como para la inversión.
Le siguen Berlín, París, Fráncfort y Múnich, mientras que Madrid se sitúa en el puesto número 6 y Barcelona en la novena plaza, que vuelve a encontrarse entre las diez favoritas.
En concreto, Madrid avanza dos puestos, al destacar por sus buenas oportunidades en los segmentos residencial y logístico, y por la fortaleza de su mercado de oficinas. Barcelona, por su parte, avanza cuatro puestos y gana atractivo para los inversores internacionales en un amplio abanico de segmentos.