Mejorar las condiciones higiénicas y sanitarias de los espacios se ha convertido no solo en una necesidad, sino también en un reclamo por parte de las empresas, comunidades de vecinos, y demás usuarios de espacios amplios.
La llegada del SARS-CoV-2 ha puesto de manifiesto la necesidad de mantener el aire que respiramos limpio y libre de virus. Aunque no es una realidad nueva. A lo largo del tiempo nos hemos ido encontrando con otro tipo de bacterias que igualmente han puesto en riesgo nuestra salud, como son la Gripe Aviar, el ZIKA, el MERS, etc. Estos ya venían avisando de la urgencia de tomar medidas para garantizar la seguridad de todos.
Por ello, las instalaciones en los edificios juegan un papel esencial en la regulación del aire: la ventilación, los flujos de aire, la filtración, etcétera, ayudan a reducir la concentración de virus y alérgenos y, por tanto, el riesgo de trasmisión de enfermedades generadas por esta vía.
Las buenas prácticas en centros de trabajos, residencias, colegios y demás edificios no solo pasan por la regulación del aforo y los higienizantes de manos, sino también por la instalación en los mismos de dispositivos que permitan limpiar el aire que se respira.
Purificadores portátiles vs purificadores instalados en los conductos de ventilación
Sin embargo, uno de los errores más comunes es la instalación de equipos portátiles en las salas, algo que, si bien es mejor que la falta de ellos, no es la solución óptima. Cuando nos encontramos ante espacios de muchos metros cuadrados, estos aparatos pueden llegar a ser insuficientes, por la imposibilidad de ponerlos en cada rincón, como puede ser pasillos, baños…
Por ello, ante esta disyuntiva, se plantea la opción de instalar estos purificadores en los conductos de ventilación de los edificios, reportándonos así una serie de ventajas que de otra forma no podría conseguir. Hablamos de:
Eficiencia energética
Al no depender de dispositivos conectados a la electricidad, si no de un solo purificador que se instala en los conductos de ventilación de los edificios y otros espacios, el ahorro de energía es una consecuencia directa.
Menores costes
Se depende de un solo dispositivo que purifica el total del complejo, por lo que no es necesario la compra de ningún equipo portátil que, en el caso de los espacios grandes, serían varios equipos. Por otro lado, limitamos de este modo las averías, la compra de filtros…
Cobertura del espacio
Con un purificador instalado en los conductos de ventilación se puede abarcar un espacio mayor que con los equipos portátiles, debido a que muchos de ellos no se pueden poner en zonas como baños o pasillos por la obstrucción del paso.