El precio medio de la vivienda de lujo en España aumentó un 6% en tasa interanual al cierre de 2017, hasta una media de 6.600 euros por metro cuadrado, a pesar del efecto paralizador del desafío independentista catalán en la región hasta mediados de noviembre, cuyo impacto dejará de notarse en unos meses, según el ‘Informe Barnes 2017’ sobre el mercado inmobiliario de lujo.

En grandes ciudades como Madrid, Barcelona, Sevilla, Valencia o Alicante, así como en regiones con gran afluencia turística como la Costa del Sol andaluza, el litoral valenciano, la Costa Brava catalana, Baleares y Canarias, el aumento de los precios estuvo por encima del 12% interanual, con unos valores absolutos superiores a los 10.000 euros por metro cuadrado.

En este sentido, el tiempo medio de venta de una propiedad de lujo durante 2017 fue de 5,5 meses a nivel nacional (6 meses en el segundo semestre del año) y de sólo 2 meses en las zonas de mayor demanda turística (2,5 meses en el segundo semestre).

Por nacionalidades, los franceses fueron los compradores de propiedades de lujo más rápidos, con una media de 2,5 meses y 4 visitas a la vivienda, seguidos de los británicos (3,5 meses y 6 visitas), los belgas (4 meses y 5 visitas) y los alemanes (6 meses y 6 visitas).

Mientras, españoles e italianos necesitaron una media de 7 meses y entre 8 y 9 visitas para tomar la decisión final de compra de la propiedad. Los chinos fueron una vez más lo que alargaron más el proceso de compra de la vivienda, con una periodo medio de 8,5 meses y una media de 14 visitas.

El socio fundador de Barnes Spain, Emmanuel Virgoulay, ha destacado que el sector inmobiliario ha vivido un “año histórico” en 2017, ya que “no sólo se ha dejado atrás definitivamente la crisis económica, sino que se ha alcanzado una estabilidad muy necesaria para el mercado”.

“El balance anual es muy positivo, especialmente debido al buen arranque registrado durante los tres primeros trimestres y al protagonismo de la primera vivienda”, ha subrayado Virgoulay, quien ha apuntado que en el último trimestre, pese a la influencia del conflicto político en Cataluña, la respuesta del sector fue de “gran capacidad de reacción y altitud de miras”.

En lo que a financiación se refiere, los compradores españoles de viviendas de lujo requirieron una financiación del 42% para comprar. Los franceses fueron los que menos financiación necesitaron (15-18%), seguidos de los británicos y belgas (20-23%), mientras que alemanes e italianos precisaron de una mayor financiación para cerrar la transacción inmobiliaria (25-40%).

El impacto de la crisis en Cataluña acabará “en unos meses”

En cuanto al conflicto político en Cataluña, Barnes señala que tuvo un “efecto paralizador” en cuanto a la generación de nuevas operaciones durante el periodo comprendido entre el 1-O y mediados de noviembre, con una caída de la demanda y del precio medio de la vivienda de lujo, sobre todo en la ciudad de Barcelona.

A pesar de que hubo operaciones en marcha que quedaron en “stand by” a la espera de que la situación se esclareciera, Barnes constata que no se produjo un ‘efecto dominó’ ni una fuga de inversiones hacia Madrid, Baleares, la Comunidad Valenciana u otros mercados, pues el resto del país es “políticamente ajeno” a la cuestión catalana y el perfil de comprador que invierte en otras partes de España es distinto al de Barcelona, siendo mercados compatibles y complementarios.

“La situación política en Cataluña es pasajera, por lo que los efectos del conflicto se dejarán de notar en unos meses cuando la tranquilidad se reestablezca y los compradores e inversores vuelvan a ver a Cataluña y Barcelona como siempre la habían percibido: una de las regiones económicamente más prósperas de Europa con muchas oportunidades de inversión”, ha afirmado Virgoulay.