El Plan de Recuperación que remitirá el Gobierno a Bruselas este mes y que ha dado a conocer el Ejecutivo contempla una revisión “en profundidad” de las figuras fiscales actuales, así como la incorporación de nuevos tributos “de acuerdo con las tendencias más recientes” para “incrementar” la suficiencia financiera del sistema tributario de acuerdo con el compromiso de sostenibilidad del gasto público.
Aunque no detalla en qué consistirá dicha reforma fiscal, a la espera de que el Comité de Expertos recientemente constituido tenga sus primeras conclusiones, sí se compromete con Bruselas a mejorar la recaudación y eficiencia del sistema fiscal a través del “ensanchamiento de las bases tributarias” reducidas por las “numerosas exenciones y deducciones”, así como evaluar si los actuales beneficios fiscales cumplen los objetivos para los que fueron creados o “si deben revisarse”.
En concreto, habla de “incrementar la recaudación” de los impuestos personales (el más importante es el IRPF) para hacerlos más “progresivos y justos” y también apuesta por “elevar la recaudación” del Impuesto sobre Sociedades “en línea con los principales países del entorno”.
“Deben analizarse en profundidad las figuras tributarias actuales para adaptarlas al contexto económico, y avanzar en la incorporación de nuevos tributos de acuerdo con las tendencias más recientes”, subraya el documento del Gobierno, que también se compromete a “profundizar” en el diseño de la fiscalidad verde.
Revisar los beneficios fiscales
Sobre el análisis de los beneficios fiscales, afirma que se realizará una revisión “exhaustiva” con el fin de verificar si cumplen los objetivos por los que fueron aprobados y si el coste que suponen, en términos de merma recaudatoria, está justificado.
Asimismo, defiende la reforma de los impuestos ya existentes para reforzar su eficiencia, eliminar algunas “disfunciones” y adaptar los “incentivos” al impulso de la actividad económica y el empleo.
En materia de fiscalidad verde, afirma que se establecerán los impuestos ya anunciados sobre residuos en vertedero e incineración y otro que grave el plástico de un solo uso, al tiempo que se modificará el Impuesto sobre los Gases Fluorados de Efecto Invernadero, se afrontarán reformas en materia de movilidad sostenible y se revisarán bonificaciones de los hidrocarburos utilizados como carburante.
También incluye en la reforma fiscal los nuevos impuestos sobre transacciones financieras y servicios digitales, en vigor desde enero de este año.