La inversión inmobiliaria en España alcanzó un volumen de 10.300 millones de euros hasta septiembre, lo que supera el total acumulado en el año 2016, según el informe ‘Investment Insight Spain’ elaborado por Cushman & Wakefield.
En el tercer trimestre, la actividad inmobiliaria ascendió a 3.000 millones de euros. Aunque las compras directas en los primeros nueve meses del año superan al acumulado de 2016, el pasado año aún es 3.000 millones de euros superior si se tienen en cuenta las operaciones corporativas.
Según el informe, la búsqueda de activos de calidad está ganando progresivamente más peso, lo que acusa la escasez de este tipo de productos, como también sucede en las principales plazas de la inversión en Europa.
Los activos en los que más se invirtió fueron los de retail, que aglutinaron el 30% del volumen invertido en 2017, principalmente por las adquisiciones de centros comerciales.
Los activos de oficinas se mantuvieron como segundo activo de mayor volumen de inversión, con una cuota del 24% del total en España, concentrado en un 90% en Madrid y Barcelona. En esta última, superó la cota de todo 2016, con un acumulado de 800 millones de euros, el doble del registro del año pasado.
El sector turístico mantuvo la atracción hacia los hoteles, que desplegaron un crecimiento exponencial en su inversión, al pasar de los 1.200 millones de euros en 2016 hasta los 2.000 millones a cierre del tercer trimestre de este año. La mayor concentración de adquisiciones hoteleras se registró en las zonas de la Costa Brava, Costa del Sol, Palma de Mallorca, Canarias y Madrid.
Los activos logísticos también desplegaron gran interés, especialmente las naves ubicadas en Madrid y Barcelona. Así, el volumen de inversión en este tipo de activos no ha dejado de crecer desde 2012 y hasta septiembre alcanzó los 811 millones de euros, cien más que en todo 2016.
Cushman & Wakefield ha explicado que, tras un proceso de rápida compresión de rentabilidades en todos los activos, estas comienzan a estabilizarse en el segmento ‘prime’ de retail y oficinas, lo que refleja un crecimiento menor de los valores capitales que se compensa con crecimientos en rentas.
Las previsiones apuntan a que el volumen de inversión al cierre de 2017 superará los 12.000 millones de euros, en una recta final de año que se espera “muy activa”, debido a los procesos abiertos en el mercado y el “enérgico apetito inversor”.