Los centros comerciales son muchas cosas: lugar de entretenimiento familiar, símbolo de la economía de consumo y, por supuesto, también un inmueble. Esta última faceta es la que, como no podía ser de otra manera, le interesa a nuestro sector, como he podido comprobar en las últimas charlas en las que he participado.
Y es que todos hemos leído esas noticias apocalípticas referidas a la decadencia de los centros comerciales en Estados Unidos, golpeados por la pujanza del comercio online. Además, todo parece estar sucediendo a una velocidad impactante: si antes de verano se leían noticias con titulares como que Amazon ‘cierra’ los centros comerciales en EEUU, a la vuelta de las vacaciones nos encontramos con noticias sobre que Amazon está comprando esas mismas instalaciones. Y la pregunta que vengo escuchando es: ¿pasará lo mismo en España?
Es una cuestión pertinente, puesto que no se trata sólo de los centros comerciales, sino también del entorno residencial que muchas veces rodea estos edificios. ¿Quién preferiría vivir junto a una mole abandonada de miles de metros cuadrados en lugar de hacerlo al lado de un lugar recreo, consumo y entretenimiento? Por lo tanto, la evolución de estas instalaciones repercute en el resto del mercado. Pero aquí tenemos la primera diferencia, ya que en España, el modelo residencial y comercial es muy distinto que el de Estados Unidos.
En cualquier caso, responder sobre el futuro de los centros comerciales es imposible, ya que las bolas de cristal han demostrado no resultar del todo fiables. Sobre el presente tenemos algunas cosas más claras. La primera de ellas es que los centros comerciales se mantienen en buena forma en España: la Aecc (que agrupa al sector) cifra el incremento de las ventas en 2016 en un 3,6% respecto a las de 2015. La afluencia también aumentó un 1,5%.
Y esta segunda cuestión es clave, porque trata de los hábitos de los clientes. “Los nuevos centros comerciales son lugares para ‘instagramers”, señala Bertrand Chevallereau consejero delegado de LSGIE. Y sabe de lo que habla porque su empresa es la que está detrás del último gran proyecto de este tipo en Madrid, el Plaza Río 2, un gran centro comercial urbano que ha abierto sus puertas este otoño.
Hay quien opina, incluso, que “España tiene espacio para más centros comerciales”. No se trata de despreciar la saturación que suponen los 334 metros comerciales por cada 1.000 habitantes que hay en la actualidad. Pero sí de considerar el potencial que la mayoría de ellos tienen si se adaptan a los nuevos hábitos: “Tienes que dar con el producto que pide la demanda y concretar a qué público va dirigido, porque cada centro tiene unas necesidades diferentes”, señala Cristina Pérez de Zabalza, socia y directora de Retail Leasing en Cushman & Wakefield España.
No hay, en definitiva, un pronóstico seguro de cómo evolucionará el sector. Cada centro comercial tendrá que buscar la experiencia que busca el consumidor actual. Unos acertarán y otros no. Y ahí es donde, como siempre, cobra valor la experiencia de unos agentes inmobiliarios que gracias a una atenta observación de su entorno pueden anticiparse a las circunstancias en cada caso particular.