Estar al frente del ministerio más inversor requiere una gran responsabilidad y coger las riendas de la cartera que repercute directamente en la vida de todos los ciudadanos españoles, si cabe, aún lo es más. Sobre todo cuando el asunto ha generado tensiones entre los socios del Gobierno, PSOE y Podemos. Aunque existe un borrador sobre la nueva ley de vivienda, lo cierto es que José Luis Ábalos dejó el cargo sin haber alcanzado un acuerdo para hacer frente a uno de los principales problemas que afectan al mercado inmobiliario, el acceso a la vivienda.
“La vivienda asequible es el instrumento más poderoso del estado del bienestar”, con estas palabras hemos conocido a la nueva ministra de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, Raquel Sánchez. Una afirmación que refleja la importancia de afrontar uno de los desafíos más urgentes: una nueva Ley de Vivienda que garantice su función social, que atienda a los más vulnerables y que esté dotada de seguridad jurídica. “Una norma que esté centrada en los dos ejes fundamentales que intervienen en el mercado del alquiler: ofrecer seguridad a los propietarios y proteger a los colectivos con menos recursos. Ambos componentes son elementales para la estabilidad del mercado, por eso la ley debe partir hacia unos objetivos evidentes: la mejora de la accesibilidad a la vivienda y el establecimiento de políticas sociales que incentiven la inversión privada”, apunta María Matos, directora de Estudios y portavoz de Fotocasa.
Las competencias vinculadas a la financiación o a crear el marco general son del Estado y, por ello, solucionar la problemática del precio de los alquileres y su posible control está en manos de la titular de Agenda Urbana. La limitación del mercado de las rentas es sin duda una de las grandes preocupaciones del sector, que se muestra descontento con la posible intervención. Como alternativa se debe promover el desarrollo de los parques públicos de vivienda estable, construyendo más vivienda para ponerla en alquiler, lo que haría que se incrementara la oferta en grandes ciudades. Esta medida beneficiaría la contención de los precios, facilitando el enfriamiento del mercado cuando fuese necesario. Es aquí cuando cobran vital importancia las 100.000 viviendas en alquiler a precio asequible, prometidas por su predecesor.
Los jóvenes: una asignatura pendiente
La relación de los jóvenes con el mercado de la vivienda es cada vez más difícil. Mejorarla es quizás el reto que más apremia. Desde el estallido de la burbuja inmobiliaria, los españoles menores de 35 años han tenido que ir retrasando su edad de emancipación debido a obstáculos como la precariedad laboral y la dificultad para ahorrar los costes de la inversión inicial de una hipoteca. Por lo que la vivienda asequible debe ser el centro de acción del Ministerio.
Apostar por un mercado inmobiliario sostenible y eficiente es el mayor reto al que se enfrenta no solo Sánchez, sino el planeta en conjunto. “La emergencia climática es responsabilidad de todos ya que nuestros hogares contribuyen al 21% de las emisiones de CO2. El compromiso con la sostenibilidad es una obligación para el sector”, comenta la portavoz.
Muy notables serán también las cuantiosas ayudas del plan de recuperación de Europa. La tan necesaria rehabilitación de viviendas dependerá de la capacidad de aprovechar estos fondos, para lo que el sector privado ya ha tendido su mano. Se hace indispensable, por tanto, el fomento de la reactivación de la inversión que contribuya a la creación de empleo de calidad para que los ciudadanos puedan acceder a una vivienda más fácilmente. Del mismo modo, es importante la imagen que el sector proyecte, y es necesario que madure cada paso para que cada cambio refuerce la credibilidad del mercado inmobiliario de cara al exterior. La estabilidad siempre es la mejor garantía de confianza.