La COVID-19 está transformando el sector inmobiliario planteando nuevas formas de entender la vivienda, lo que está generando una búsqueda muy particular en función de las necesidades de cada individuo. Esta búsqueda incluye parámetros tan diversos como nuevos espacios habitacionales, nuevos tipos de financiamiento y nuevas manera de habitar, potenciando conceptos emergentes como el coliving, el leasing de vivienda o el crowfounding inmobiliario. “El tiempo que hemos permanecido en casa ha puesto de relieve las grandes carencias de nuestras viviendas, o más bien las nuevas necesidades, lo cual vaticina movimiento en el sector inmobiliario en los próximos meses”, afirma Emiliano Bermúdez, subdirector general de donpiso.
De hecho, la ubicación y las características de la vivienda han sido los principales cuestionados a raíz de esta crisis. En este sentido, el teletrabajo está facilitando la movilidad y la demanda se desplaza hacia entornos más amplios que permitan incluir despachos en casa, con más zonas comunes y exteriores. “El miedo a un nuevo confinamiento de cara a futuro, así como la posibilidad de trabajar a distancia, permite que las familias se establezcan incluso en espacios considerados como segundas residencias, donde la vida alejada de las grandes ciudades es más económica”, explica Bermúdez.
Por otro lado, el aislamiento que hemos vivido también está fomentando la aparición de nuevas formas de vivir en sociedad como el ‘coliving’, el ‘cohousing’ o el alquiler compartido. Estas modalidades preferidas por los jóvenes centran su opción de vida en las grandes ciudades, cerca del lugar de trabajo y compartiendo espacios habitacionales según intereses laborales y sociales comunes. Pero ellos no son los únicos que optan por vivir bajo esta modalidad, señala Bermúdez: “Recientemente hemos visto como la ciudad de Barcelona regulaba el cohousing, mini-pisos de 24 m2 con espacios comunes compartidos para llegar a los 36 m2 exigibles. Esta opción también es muy positiva para el colectivo de gente mayor, donde socializar con la comunidad es la salvación para evitar el aislamiento y la soledad”, afirma.
Nuevas formas de financiar: leasing habitacional y ‘crowfounding’ inmobiliario
Ante nuevas formas de vivir, surgen nuevas maneras de financiar. La búsqueda del espacio ideal también plantea la manera en la que se va a adquirir la vivienda, estableciendo el producto hipotecario como el sistema más habitual de financiamiento. “Ante los bajos tipos de interés que ofrece el mercado y la incertidumbre de la evolución del euríbor la hiptoeca a tipo fijo, puede resultar la opción más interesante eliminando de la ecuación el factor sorpresa del tipo variable, aunque los compradores con más liquidez pueden plantearse adquirir oportunidades de inversión con pago al contado”, indica Bermúdez.
Pero la situación económica debilitada ha potenciado otros tipos de financiación que conllevan menos riesgo y resultan más económicos que el crédito hipotecario. Por un lado, el ‘leasing’ habitacional, el cual está en auge y plantea el pago de una cuota a la sociedad de arrendamiento con posibilidad de compra del inmueble a la finalización del periodo establecido, que puede ser entre 5 y 20 años. “Se parece a un contrato de alquiler, pues el mantenimiento corre a cargo del arrendatario, además de tener serias ventajas fiscales relativas al ahorro de los impuestos de compraventa”, apunta Bermúdez.
Por otro lado, la financiación colaborativa o ‘crowdfunding inmobiliario’ también está cogiendo fuerza en un escenario bancario que tiende a la unificación y a la disminución de la oferta financiera, si bien es cierto que es una opción que se encuentra en sus inicios: “Esta puede ser una alternativa también en caso que el banco no conceda la hipoteca al futuro comprador. El interesado expone en plataformas online de crowdfunding el proyecto que desea financiar y la forma en que se devolverá el dinero prestado, de manera que la financiación del proyecto dependerá del interés que suscite la propuesta”, concluye el subdirector general de donpiso.