Empieza diciembre extendiendo inexorablemente su manto de luces, espumillón y algarabía, que lo va cubriendo todo a su paso, sin posibilidad alguna de escapar al ruido, el turrón y el incesante sonido de los datáfonos al contacto con las tarjetas de crédito. Y entre tanto alborozo, te encuentras tú como agente inmobiliario, con el teléfono, la agenda y ordenador lleno de tareas pendientes: llamadas que hacer, visitas que realizar, gestiones que cumplimentar, objetivos que alcanzar, operaciones por cerrar, entrevistas que negociar…
Y es cuando miramos el calendario y somos conscientes -un año más y como cada año- que el tiempo se nos ha echado encima y que no tenemos ya ni tiempo, ni energía, para llegar a todo lo que nos habíamos planteado realizar para este ejercicio, allá por el lejano mes de enero, siempre cargado de buenas intenciones y propósitos.
Pero no todo está perdido, y aún puedes darle la vuelta a este mes tan estresante cumpliendo con los 4 últimos objetivos -realistas- que deberías poner en marcha en estas semanas antes de que finalice el año.
1. Establece prioridades y gestiona el tiempo
Este es un buen momento para empezar a clasificar, diferenciar y trabajar, aquello que es urgente de lo que es prioritario, seguido de lo que es delegable o aplazable, y finalmente, aquello que, directamente debes eliminar de tu agenda.
No hay tiempo que perder, así que analiza los datos de tu negocio y focalizate en lo que verdaderamente es vital para terminar el ejercicio en positivo. No sirve con repetirnos lo que ya sabemos que es necesario hacer en cualquier momento del año (por ejemplo: cerrar más operaciones; captar más; generar más y mejores contenidos; etc…) sino de detectar y definir lo que hoy y ahora es de extrema urgencia (por ejemplo: necesito cerrar tres operaciones antes del 20 de diciembre y voy a organizar un plan exprés en tres semanas con una acción de marketing de alto alcance dirigida a compradores, gestionando todos y cada uno de los leads que se generen contactando antes de 12 horas y con una oferta de servicio extraordinaria como campaña de fin de año). En definitiva, una vez que detectes lo importante, emplea al máximo tu tiempo y esfuerzo en esa tarea sin desviarte.
Y como no puedes frenar en seco otras tareas propias del negocio, lo que sí puedes y debes hacer es liberar tu tiempo de todo aquello que es superfluo o aplazable, eliminando definitivamente algunas tareas “roba-tiempo” y aplazando las gestiones que no pongan en riesgo la viabilidad de la actividad.
2. Acaba lo que empezaste
No puedes seguir procrastinando proyectos, tareas o decisiones que empezaste y que, a estas alturas, siguen inacabados. Cuántos ejemplos se nos vienen a la cabeza: esos cursos a los que te apuntaste y que aún no has visto; esos protocolos de trabajo que empezaste y se quedaron a medio hacer; esa herramienta de gestión que adquiriste y aún no manejas sacándole todo su potencial; esa creación de página web; esa renovación de la oficina; etc…
Lo que empezó post poniéndose una semana, luego fue un mes, luego un trimestre y ahora nos vemos en diciembre con la tarea inacabada. Y como ya sabemos todos, lo provisional termina convirtiéndose en perpetuo. Así que, ponte manos a la obra y acaba los proyectos que empezaste. No es cuestión de hacerlos perfectos pero sí correctos. Ya habrá tiempo para corregir, mejorar y rehacer, pero al menos que tengas la sensación real de que terminaste lo que empezaste. Al fin y al cabo no es tan importante el detalle de lo perfecto, ya que todo es susceptible de ser revisado para que esté siempre actualizado.
3. Organiza y planifica el nuevo año
Si crees que enero es el mes para planificar el año, ya vas tarde. Son los últimos meses del año anterior los que nos ayudan a planificar con rigor el siguiente ejercicio, planteando objetivos y metas realistas en función de nuestros resultados, la coyuntura en el sector, la situación del mercado y nuestras propias expectativas. Aprovecha estas últimas semanas para dejar un espacio para la organización del siguiente año, con la experiencia de los bloqueos y palancas que sabes que te encontrarás para lograr tus metas.
Analiza lo que funcionó y lo que falló este año con sus causas y sus aprendizajes de cara a corregirlo en los próximos ejercicios. Dibuja una estructura general de estrategias y objetivos para el 2025 con sus correspondientes hitos para cada área o función del negocio. Asigna y distribuye los recursos, estudia y reparte el presupuesto, y apuesta por todo aquello que deberías reforzar, mejorar, corregir, fortalecer y potenciar. Ser competitivo no es una opción, sino una importante obligación para poder crecer y consolidarse en el sector inmobiliario.
4. Relájate y disfruta
Y para terminar, descansa. El año ha sido duro y no has parado de trabajar. Has tenido aciertos y errores como todo el mundo y, como todo el mundo, también tienes derecho a alejarte de la vorágine de la actividad y disfrutar, de la manera que tú prefieras, de estos días del año de diversión, melancolía, reflexión, fiesta y catarsis emocional.
Al fin y al cabo, en unas semanas el contador se volverá a poner a cero y es imprescindible “cargar pilas” para estar preparados para un año que, sin duda será apasionante y estará lleno de nuevos retos y sorpresas. ¡Así que, a por diciembre!