La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) ha revisado al alza sus proyecciones de crecimiento para España, que este año crecerá a un ritmo del 2,8% para moderarse al 2,4% el siguiente ejercicio, frente a sus anteriores pronósticos de una expansión del 2,3% y el 2,1% respectivamente. Son datos que recoge la última edición de su informe ‘Perspectivas Económicas 2018’, donde considera “clave” la reforma del sistema de pensiones y advierte de que España no cumplirá los objetivos de déficit pactados.
De este modo, las nuevas previsiones de la organización internacional se muestran ligeramente más optimistas que las del Gobierno respecto de 2018, cuando el Ejecutivo español prevé una expansión del 2,7%, mientras coinciden en lo que respecta al crecimiento proyectado para el próximo año.
En su análisis de la economía española, la OCDE destaca que, tras varios años creciendo por encima del 3%, se prevé que la economía española crecerá “a un ritmo robusto, pero más moderado, en 2018 y 2019”, siendo el consumo privado el principal motor de expansión, cuyo impulso se ralentizará a medida que se debilite la creación de empleo.
En este sentido, la OCDE espera que la tasa de desempleo seguirá reduciéndose en los próximos años, bajando al 15,5% en 2018 y hasta el 13,8% el siguiente ejercicio.
En cuanto a los riesgos para la economía española, la OCDE destaca que “las consecuencias económicas de la incertidumbre política en Cataluña han sido contenidas hasta ahora”, aunque advierte de que la persistencia de esta podría reducir la confianza, obstaculizando la demanda doméstica. Asimismo, la institución internacional advierte de las dificultades que afronta el actual Gobierno en minoría para abordar una agenda de reformas.
Reforma de las pensiones
En este sentido, la OCDE afirma que España necesita acometer reformas adicionales que permitan fortalecer el crecimiento de la economía en el largo plazo, así como fortalecer su posición fiscal y reducir la deuda pública, que ha bajado de manera gradual gracias a la expansión de la economía auspiciada por las favorables condiciones macroeconómicas y de la política monetaria.
De este modo, la OCDE pide al Gobierno atenerse a sus objetivos fiscales a medio plazo y señala que “la implementación de la reforma de las pensiones será clave para garantizar la sostenibilidad fiscal a largo plazo”.
De cara a este año, la OCDE prevé que España incumpla el objetivo de déficit, fijado en el 2,2% del PIB, al registrar un desequilibrio negativo de sus cuentas del 2,4%, mientras que en 2019 espera que el déficit español será del 1,5% del PIB, frente a la meta pactada del 1,3%.
En cuanto a la deuda pública, según los criterios de Maastricht, la organización proyecta que la ratio bajará este año al 97,1% del PIB desde el 98,3% de 2017, mientras en 2019 se situará en el 96% del PIB.
Reformas laborales y fiscales
Entre las recomendaciones de la OCDE, destacan una serie de reformas del mercado laboral, incluyendo la reducción de la dualidad entre indefinidos y temporales mediante una mejor supervisión de los abusos de este último tipo de contratos, así como la aplicación de políticas activas de empleo más eficaces.
La organización señala que la estructura impositiva del país se inclina hacia los impuestos al trabajo, penalizando así el crecimiento y el empleo, recomendando reducir exenciones y mejorar la gestión del IVA para incrementar la eficacia del sistema fiscal, así como apostar por impuestos medioambientales que fortalecerían el “crecimiento verde”.
Asimismo, la OCDE considera que reducir barreras en el sector servicios contribuiría a generar aumentos del empleo y la productividad, una condición necesaria para alcanzar un crecimiento sostenible en el medio plazo y mayor calidad de vida.