La irrupción del coronavirus ha hecho cambiar las preferencias de muchos españoles en relación con el mercado inmobiliario y con nuestra vivienda. Uno de los cambios más significativos es el incremento que se ha detectado en el mercado del alquiler.
Si antes de la pandemia un 34% de los activos en el mercado inmobiliario buscaba vivienda para alquilar, ahora este porcentaje se ha elevado hasta el 39%. Se iguala al porcentaje de españoles activos en el mercado inmobiliario que buscan vivienda para comprar (22%).
Además, un 22% de los activos buscan actualmente en ambos mercados. Esta es la principal conclusión que se desprende del informe de Fotocasa Research “La demanda de vivienda después de la COVID-19”. Ha sido elaborado por el portal inmobiliario Fotocasa con la intención de conocer de primera mano las consecuencias más directas de la situación provocada por el coronavirus en la demanda de vivienda en nuestro país.
“La vivienda en alquiler está cobrando mucho protagonismo a raíz de la pandemia porque es una fórmula fácil y rápida para poder cambiarse de vivienda. Son muchos los españoles que se están planteando dejar las grandes ciudades e irse a vivir a zonas periféricas en las que poder encontrar viviendas más grandes, luminosas y con espacios exteriores y se lo están planteando con la fórmula del alquiler.
Además, el alquiler posibilita el acceso a viviendas que en el mercado de compraventa son más difíciles de poder conseguir”, explica Anaïs López, directora de Comunicación de Fotocasa.
¿Cómo son los demandantes de vivienda después de la COVID-19?
Los demandantes de vivienda de antes de la pandemia a los que nos encontramos ahora son similares: 38 años de media en el caso de los demandantes precoronavirus frente a los 40 años de los que buscan ahora. Respecto a los niveles socioeconómicos, las diferencias tampoco son muy importantes, pero ganan protagonismo los medios y los altos en detrimento de los bajos. En cuanto a la situación laboral de los que quieren acceder a una vivienda, se ha incrementado ligeramente el porcentaje de los que trabajan actualmente (un 62% pospandemia frente al 59% de antes de la crisis) y se ha reducido el de los parados (25% ahora frente al 28% anterior).
Lógicamente, una crisis sanitaria de este calibre trastoca los planes y las previsiones económicas de muchas capas sociales. Los más expuestos (jóvenes precarios, niveles socioeconómicos más bajos, parados) son los que más dificultades tienen para acceder al mercado de la vivienda, una situación que ya recogían los sucesivos informes de Fotocasa Research desde 2017 y que se ha acentuado durante la pandemia. Ante la incertidumbre están abandonando en mayor medida la búsqueda.
Por el contrario, quienes por cuestión de edad, estabilidad laboral y situación socioeconómica están en una posición algo más desahogada pueden plantearse en estos momentos buscar vivienda (de alquiler o compra) y por eso ganan protagonismo en el perfil de demandantes pospandemia. O, puede haber también profesionales que han teletrabajado sin merma en sus ingresos, y que han decidido cambiar la casa de alquiler por otra (también de alquiler o de compra) con una habitación más para montar un despacho.
Los nuevos requisitos de la demanda: espacios al aire libre
El confinamiento ha despertado un lógico interés por inmuebles que dispongan de espacios al aire libre, balcones, terraza, patio, jardín, etc. Los datos de cómo han cambiado las motivaciones de los demandantes anteriores y posteriores a la crisis sanitaria lo confirman.
Si tuvieran que quedarse con un único motivo por el que están buscando casa, la cuestión fundamental para uno de cada cuatro demandantes (24% precovid, 26% poscovid) es el precio de la vivienda. El segundo puesto lo ocupan los citados espacios al aire libre, que antes de la pandemia era el motivo principal de búsqueda para el 11% de los demandantes y que ahora lo es para el 17% de ellos. Un importante incremento de seis puntos porcentuales.
Por el contrario, ha perdido importancia como motivo principal el cambio de la situación de convivencia (vivir solo, en pareja…). Del 22% en la demanda precovid al 15% en la demanda posterior. Este dato encaja con la pérdida de protagonismo de los colectivos más jóvenes y con más dificultades de acceso a la vivienda. La emancipación, cuyos problemas ya vienen de lejos, vuelve a resultar golpeada en esta crisis.
La demanda que buscaba antes de la pandemia y sigue buscando
Existe otro grupo de demanda que son aquellos españoles que buscaban antes de la pandemia y que todavía siguen buscando vivienda. Esta demanda, conforma un tercer conjunto, el de todos los activos en el mercado en este periodo, que suponen un 31% de los particulares entre los 18 y los 65 años.
Las diferencias entre los demandantes activos en el mercado de compraventa y los del mercado de alquiler son muy pequeñas. Aunque sí que es cierto que los que buscan una vivienda en propiedad tienen un perfil más maduro. Más edad, mayores tasas de empleo y preponderancia del perfil familiar (viven con pareja e hijos).
Estas reducidas diferencias entre ambos perfiles tienen mucho que ver con la, moderada pero incuestionable, salida del mercado de muchos demandantes jóvenes que, tradicionalmente, toman el mercado del alquiler como primera puerta de acceso a su propia vivienda. De ahí que algunos de los rasgos del perfil habitual de los activos en el arrendamiento se hayan diluido.
No es tampoco un fenómeno propio de la demanda durante la pandemia, sino que esta situación ha contribuido a consolidar una tendencia que viene observándose en los últimos años.