Eduardo Bandrés es director de estrategia y desarrollo del Grupo LOBE, una empresa de servicios en el sector inmobiliario que abarca desde el análisis de las inversiones al diseño y ejecución de obra nueva y su comercialización. Con delegaciones en Zaragoza, Madrid y Valencia, se han especializado en la incorporación de la certificación Passivhaus y dispositivos de la casa inteligente, una suma que maximiza la eficiencia energética y el confort de los residentes. En los próximos tres años tienen previsto desarrollar 1.800 viviendas con certificación Passivhaus, y casi un tercio incorporarán también elementos de vivienda conectada.
Fotocasa: ¿Qué caracteriza la obra nueva que está haciendo Grupo LOBE en estos momentos?
Eduardo Bandrés: La obra nueva actual del Grupo LOBE se caracteriza por estar construyendo viviendas con certificación Passivhaus y, además, complementadas con los elementos y dispositivos de una vivienda conectada, de una vivienda inteligente. Las viviendas Passivhaus son una de nuestras líneas estratégicas desde hace años, y todas nuestras obras en marcha tienen la certificación pertinente en este sentido, que solo se logra con un control exhaustivo de todos los procesos constructivo. Desde este año, además, complementamos este enfoque con la automatización de una ‘smart house’ para potenciar aún más el óptimo funcionamiento de nuestras viviendas. El objetivo final es ofrecer una mejor calidad de vida a los clientes.
Fotocasa: ¿Qué es exactamente la certificación Passivhaus?
Eduardo Bandrés: Consiste en una serie de medidas para garantizar la eficiencia energética tanto en forma de ahorro como en aumento de confort para los usuarios de la vivienda. El certificado Passivhaus, de origen alemán, se basa en cinco principios: ventilación mecánica con recuperador de calor, aislamiento térmico, carpintería de altas prestaciones, hermeticidad y ausencia de puentes térmicos. Cada uno de estos principios se traduce en mejoras concretas en la vivienda. Por ejemplo, las viviendas Passivhaus incluyen un equipo de ventilación con filtros purificantes que facilitan la salida del aire del interior de la vivienda, cargado de CO2, y la entrada de aire filtrado. Es un aspecto muy importante, sobre todo, para las personas alérgicas, que cada vez son más. Para obtener la certificación Passivhauss se realiza una auditoría por parte de una empresa externa que ensaya vivienda a vivienda para garantizar que se cumplen los requisitos de de bajo consumo y de confort de una vivienda de estas características.
Fotocasa: ¿Qué otras características se añaden para que vuestras nuevas construcciones sean además viviendas inteligentes?
Eduardo Bandrés: Hemos añadido elementos de domótica que el cliente podrá gestionar mediante control remoto desde su teléfono o desde la ‘tablet home’ que se le entregará con su vivienda. Pero, además, incorporamos la automatización de diversos dispositivos para que pueda funcionar de manera autónoma. El beneficio del Passivhaus depende en buena parte del uso que haga el residente, y con esto facilitamos el uso óptimo de la manera más cómoda. El cliente selecciona las características que prefiere en términos de temperatura, por ejemplo, y la vivienda funcionará para optimizarla a través de los mecanismos de climatización, subida y bajada de persianas para lograr más o menos sombra y el ventilador recuperador de calor. Estas viviendas también disponen de un portero automático inteligente, que permite interactuar con quien llama a la vivienda cuando no se está. Además, todo el sistema detecta si el usuario dentro de casa o si se ha ido, y se adapta en consecuencia.
Fotocasa: ¿En qué promociones estáis implementando este sistema?
Eduardo Bandrés: Lo estamos implementando ya en promociones de Zaragoza y en Madrid, y en breve lo llevaremos también a Valencia, que es nuestra tercera delegación.
Fotocasa: ¿Cómo repercuten la certificación Passivhaus y la vivienda inteligente en el precio?
Eduardo Bandrés: En términos de precio, de cara al cliente las medidas Passivhaus son claramente un beneficio por el ahorro energético que van a suponer en el uso de la vivienda. Los costes de construcción, por la diferencia de materiales y la automatización de dispositivos, son mayores, pero en cualquier caso nosotros comercializamos un precio cerrado por la vivienda. Lo que queremos es ofrecer un producto de mayor calidad, acorde con el siglo XXI.
Fotocasa: ¿Qué ahorro energético se puede conseguir con la suma de Passivhaus y smart home?
Eduardo Bandrés: Está demostrado que el sistema Passivhaus se situa entre un 75% y un 90% de ahorro de energía cuando se habita la vivienda. Pero para ello hace falta que el cliente maximice todo su potencial de eficiencia energética. Con la incorporación de la automatización de la vivienda inteligente queremos conseguir que funcionen de manera autónoma y poder alcanzar así todos sus beneficios y ahorrar en la factura de energía.
Fotocasa: ¿Qué respuesta habéis tenido hasta el momento por parte de los clientes?
Eduardo Bandrés: Ambos conceptos, Passivhaus y vivienda inteligente, son relativamente nuevos. Por lo que respecta a la certificación Passivhaus, ha costado que los clientes pregunten por ella, pero es verdad que están cada vez más informados y la eficiencia energética está ganando protagonismo, ya no solo por el ahorro en las facturas futuras y el impacto de ese ahorro de energía en el conjunto del planeta, sino porque supone también una mejora en el confort del día a día y la calidad de vida. Las viviendas conectadas son más tangibles, y la automatización de los dispositivos despierta más interés ya desde el primer momento.
Fotocasa: ¿Cómo ves el desarrollo de la combinación Passivhaus y vivienda conectada en los próximos años?
Eduardo Bandrés: Creo que esta combinación es la vivienda de este siglo, la vivienda del ahora. En los últimos años apenas se habían incorporado mejoras en las soluciones constructivas de vivienda, el mercado se había centrado más en el diseño de los edificios. Ahora, con la combinación de Passivhaus y vivienda inteligente, que para mí son conceptos complementarios, vamos a conseguir mejoras sustanciales tanto en términos de confort como en todo lo que podemos aún desarrollar por lo que respecta a la energía, como que los edificios puedan generar la necesaria para quienes habitan en ellos, por ejemplo. No tengo duda de que en los próximos años veremos novedades interesantes en el sector.